Mientras a muchas personas les da miedo la soledad, disfrutan de estar rodeados de otros e incluso se embarcan en relaciones tóxicas con tal de no estar solas, hay otro grupo de los que realmente disfrutan de esa soledad, ya que es elegida y no depende de la presencia o ausencia de otras personas; aunque no haya nadie a su lado, nunca se sienten solos, porque disfrutan de su propia compañía y del tiempo que se dedican.

Incluso para quienes viven en pareja o en familia, es muy necesario y saludable que cada individuo pase tiempo a solas y lo dedique a sus propios intereses, gustos, aficiones y necesidades, a su autocuidado y a su bienestar en todos los niveles: físico, emocional, mental y espiritual. 

La soledad es necesaria también para hacer un detox de todas las interacciones diarias, de la energía que las personas con las que te relacionas van dejando en ti y, al mismo tiempo, para recuperar la energía que esas relaciones te pueden llegar a drenar. Pasar tiempo a solas sirve como una limpia energética y a la vez es una recarga de energía. 

Así que procura dedicarte periódicamente al menos un día entero para ti, sin nada que hacer, sin obligaciones en absoluto, sin que nadie tenga alguna expectativa sobre ti, para que puedas hacer lo que sea que te haga sentir bien (¡y no tiene que ser algo productivo!), desde levantarte tarde y quedarte en el sillón viendo series o películas hasta cocinar, pasar la tarde con un buen libro, practicar tus hobbies, hacer alguna actividad manual… todo lo que te haga bien a ti es válido.

Una de las cosas que más disfrutan las personas que aman la soledad es viajar en solitario. ¿Pasarías unas vacaciones solo? Imagínalo: ir a todos los lugares que desees vivitar y tardarte el tiempo que quieras; comer en los lugares que se te antojen, sin importar el tipo de comida; tener tus propios horarios y tu propio ritmo para todo, porque no va nadie contigo con quien debas planear ni negociar. Puede parecer un infierno para algunas personas, pero para quienes aman la libertad de la soledad es el plan perfecto.

Entre los mejores compañeros de las personas solitarias están los libros, las películas y la música. Para quienes aman la soledad, es mucho más tentador y agradable quedarse la noche del viernes o el fin de semana entero en casa para disfrutar de estas tres cosas, que salir de fiesta o estar en lugares llenos de gente. 

Por supuesto, de vez en cuando los solitarios salen y conviven, tampoco es que sean unos ermitaños; pero esas interacciones sociales los agotan tanto energéticamente, que luego necesitan una buena dosis de soledad para reponerse. Así que si un solitario rechaza con frecuencia tus invitaciones, no te lo tomes personal, quizá sólo se toma un tiempo para recargar sus pilas.

Y aunque hay un sinfín de cosas que los solitarios aman, de acuerdo con la personalidad de cada quien, algo común en este tipo de personas es que disfrutan muchísimo de pasar tiempo con sus mascotas. 

Esos pequeños y tiernos seres peludos dan la compañía ideal para quienes aman la soledad, pues son silenciosos, leales, divertidos e incluso pueden llegar a sentir cuando a sus dueños les afecta algo emocionalmente y entonces se convierten el mejor soporte y la más efectiva terapia. 

¿A qué se debe esto? Simple… los animales no juzgan, no cuestionan ni hablan de sí mismos, tampoco exigen demasiado, para ellos es suficiente con tener amor, compañía, algo de comer, acurrucarse junto a ti y sentirse seguros al dormir. Son los compañeros perfectos, pues con su mirada silenciosa saben consolar y hasta son capaces de reparar corazones rotos.

Si eres alguien que ama la soledad, comparte en los comentarios qué es lo que más disfrutas hacer en ese tiempo que pasas contigo mismo.