Febrero 12, 2016
Si crees que el yoga es exclusivo de gente súper delgada, vegana, que ayuna y hace dietas depurativas, te equivocas. La práctica de yoga no es una pose ni un pretexto para tomarse selfies en pantalones entallados y un jugo verde en frasco. Y es que a veces se nos olvida, pero el yoga existe desde mucho antes que Instagram y que los estereotipos corporales occidentales.
El yoga no fue creado como una disciplina estética sino como una forma de hallar un equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu para conectar con la divinidad por lo que se puede realizar con cualquier tipo de cuerpo y cualquier tipo de cuerpo, con un entrenamiento adecuado, puede realizar absolutamente todas las posturas o asanas del yoga.
La práctica del yoga tiene como primer objetivo enseñarnos a amar y valorar el propio cuerpo —cualquier tipo de cuerpo—, conocer sus límites y más importante aún, demostrarnos que es posible superarlos. A través del yoga también se ponen a prueba las barreras mentales que nos aprisionan en los prejuicios que reproducimos, muchas veces sin saberlo, poco a poco aprendemos a aceptar en lugar de juzgar, empezando por nosotros mismos.
La yogi Valerie Sagun (@biggalyoga en Instagram) es un ejemplo de cómo la práctica del yoga puede hacer maravillas en la vida de las personas sin importar su tipo de cuerpo:
“A través de mis imágenes practicando yoga he inspirado a muchas mujeres como yo, mujeres negras, gordas, curvys, rechonchas, plus size, grandes —y también a otras que no son como yo, de cuerpos pequeños—, a practicar yoga. A través de mi propia práctica he conseguido querer y aceptar mi cuerpo tal cuál es”.
Así que si estás buscando un poco de equilibrio en tu vida, así como aprender a amarte y a cuidar de ti, no dudes en iniciarte en el camino del yoga que acepta y hace maravillas por todos los que así lo deseen. Los límites los pones tú.