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¿Sufres de pereza espiritual?

Enero 04, 2017

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La pereza espiritual es un término ligado al cristianismo --donde la pereza es uno de los siete pecados capitales--, el cual, sin embargo, es empleado en la espiritualidad moderna, en diferentes contextos. Debido a que los tiempos cambian, la pereza espiritual actualmente no es solamente desidia e inacción, es también una tibieza o una falta de compromiso que se puede manifestar, paradójicamente, como hiperactividad.

 

Alan Wallace, maestro de meditación y físico, habla sobre la pereza espiritual (spiritual sloth) en su libro Stilling the Mind:

La pereza espiritual es un término fácilmente malentendido. La tradición contemplativa medieval cristiana tenía un concepto correspondiente, que en latín es llamado acedia... Esto se acerca mucho al significado del término budista... De hecho, la pereza espiritual puede manifestarse como un coach potato (literalmente una patata de sofá, alguien que se la pasa tirado). Puedes llamar a esto una flojera, en la cual una persona está siempre aletargada --domina el elemento pesado de tierra. La pereza espiritual se manifiesta para las personas de aire y fuego cuando se involucran en un proyecto tras otro --donde siempre está ocurriendo algo, continuamente atrapados por actividad mundana. Cada vez que se ven atrapados en este tren de estar siempre ocupados responden: "Ah, es que esto es realmente importante, porque esto es para el beneficio de los demás, y es realmente virtuoso".

 

O sea que para muchas personas la pereza espiritual se puede manifestar como un estado letárgico o depresivo donde estamos sumidos mayormente en la inactividad, posiblemente consumiendo entretenimiento o simplemente ruminando sobre lo que vamos a hacer algún día. Pero para otras personas de una constitución más airada o fogosa, puede presentarse procrastinando a través de la acción, llenando nuestra vida de cosas que son realmente insignificantes pero que nos mantienen ocupados. En estos casos, se vuelve una hiperactividad "que disipa la energía". "Pasas toda tu vida yendo de un proyecto a otro, siempre atrapado en pequeñeces cotidianas, conscientemente cubriendo con tus asuntos, hasta que finalmente llega la muerte", dice Wallace. Uno se puede pasar la vida postergando aquello que sabe que es vital, hasta que de repente llega la muerte y anula todo lo realizado --esto es especialmente trágico si se tiene una noción espiritual que le hace a uno creer que es necesario realizar ciertas prácticas para poder estar tranquilo a la hora de la muerte.

 

Así entonces, les preguntamos a los lectores si detectan pereza espiritual en sus vida, una cierta tibieza, un miedo a hacer lo que sabemos que necesitamos hacer, lo cual generalmente implica enfrentarnos a nuestra sombra y vencer las dificultades que inconscientemente nos afectan a lo largo de la vida y quizás de otras vidas también. De manera colectiva, también debemos preguntarnos si el problema ecológico global no es un caso exacerbado de pereza espiritual.


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