Se les conoce como "vampiros de energía" a las personas que poseen una vibración energética baja y utilizan a quienes los rodean para aumentarla. Es un error creer que se trata de malas personas, por el contrario, los vampiros energéticos son casi siempre muy simpáticos y agradables. Por eso nos gusta pasar tiempo con ellos, aunque al final, casi siempre nos retiremos agotados e incluso deprimidos.
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Lo primero que debes saber es que la energía no se agota. Si una persona "te roba" energía no implica que te vas a quedar sin energía para siempre ni mucho menos, no es así como funciona. La energía fluye constantemente y es inagotable. Lo que ocurre es que las personas con una vibración energética alta regularmente atraen a otras, sí, porque irradian seguridad y alegría, pero también porque son un blanco fácil para los vampiros de energía.
¿Cómo funciona un vampiro energético?
Imagina que estás de muy buen humor y te llama o visita un amigo para contarte algún problema. Tú, por supuesto, intentas escucharlo y aconsejarlo para que se sienta mejor, pero para eso debes tratar de empatizar con él y sentir lo que está sintiendo, de modo que tu energía positiva y tu buen humor empiezan a decaer. Poco a poco con su relato, tu amigo logra hacerte sentir mal por él y, conforme eso pasa, él se va sintiendo cada vez mejor. Al final, tu buen ánimo termina por los suelos y no logras entender por qué.
Puedes pensar que fuiste empático y lo ayudaste, y eso está bien. Pero él se fue con la energía renovada mientras tú te quedaste deprimido y preocupado, y eso sí que no está bien. Lo común sería decir que tu amigo "te robó" la energía, sin embargo, no funciona exactamente así. Ni él ni nadie pueden quitarte nada que tú no quieras darles. Lo que pasó en realidad es que tú decidiste que para comprenderlo mejor debías sentirte mal por él. Así que, de algún modo, tú le entregaste tu energía voluntariamente y él simplemente la tomó.
Los vampiros de energía no llegan y nos despojan como ladrones, por el contrario, más bien nos hacen sentir la necesidad de protegerlos, resolverles sus problemas y preocuparnos por ellos hasta terminar agotados, pero al final la decisión es nuestra. Nosotros podemos decidir si vamos a entregarles nuestra energía o no. Por ejemplo, si tu amigo llega a contarte todos sus problemas y todo lo que está mal en su vida, tú puedes resistirte a sentir culpa de que a él le vaya mal y a ti bien. La culpa es un depresor energético automático y una vez que la sentimos, si no la trabajamos adecuadamente, puede terminar carcomiéndonos por dentro.
Entonces, ¿qué puedo hacer?
Lo ideal es poner distancia de los vampiros de energía, sin embargo, muchas veces no es posible, sobre todo si se trata de familiares o amigos cercanos. Así que lo más recomendable es no "engancharnos" en su negatividad. Es posible empatizar con una persona sin la necesidad de vernos afectados por ella, pero debemos aprender a poner distancia emocional y a protegernos. No necesitamos ningún conjuro o talismán, con nuestra mera intención bien enfocada es suficiente. Aquí hay tres cosas que podemos hacer:
1. Niégate a hablar de cosas deprimentes con esa persona
Si tu amigo/conocido sólo te busca para hablar de cosas tristes o indignantes, cambia el tema. No le permitas quejarse o contarte atrocidades que ocurren en el mundo por entretenimiento. Cambia de tema. Dile cosas como "seguro algo bueno saldrá de todo eso", mantener el optimismo apesar de la adversidad es un repelente natural de vampiros de energía. Cuando vean que no pueden alterar tu estado de ánimo y enfadarte tanto como lo están ellos, solitos se marcharán.
2. Dale rodeos
Cuando te esté contando la cosa más terrible del mundo, enfócate mejore en los detalles inocuos. Por ejempio, si te habla de lo difícil que ha sido su divorcio o de lo mala persona que es su expareja, en lugar de clavarte en la mala leche (o de caer en el error de pensar que una forma de mostrar apoyo es hablar mal de su ex) menciónale aspectos positivos de la situación y haz preguntas neutrales.
3. No seas condescendiente
Un gran error es creer que la gente acude a nosotros porque es incapaz de sobreponerse sola. No seas soberbio, tu amigo no es ningún discapacitado emocional, no lo trates como tal. Los vampiros energéticos se alimentan de la culpa y la conmiseración, si evitas sentirlas habrás ganado y el vampiro se alejará. No significa que dejes de ser tolerante y respetuoso con todas las personas, pero, antes que otra cosa, debes aprender a proteger tu energía y a tratar con justicia a la gente que te rodea. Es decir, no entregarles más de lo que se merecen.