Octubre 27, 2016
Cuando se habla de espiritualidad casi todo se trata de tener energía positiva y pensamientos felices. Como si los seres humanos no fueramos sujetos complejos y llenos de matices, capaces del amor más puro y desinteresado pero también del mayor egoismo. Buscamos el amor, la verdad, la felicidad y rechazamos los sentimientos negativos, el rencor y la tristeza. Pretendemos que no existen para enfocarnos solamente en lo "bueno" y lo "deseable". Pero ignorar nuestro lado oscuro no hará que desaparezca, al contrario.
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El equilibrio espiritual no se logra intentando desaparecer las emociones negativas, sino reconociéndolas como parte de quienes somos y, a partir de ahí, otorgándoles un lugar en nuestras vidas. Negar el enojo, la ambición o la pereza nos impedirá llegar a conocernos realmente y eso sólo frenará nuestro crecimiento espiritual, generándonos mucha frustración: "¿Por qué si sólo me enfoco en las cosas buenas me sigo sintiendo triste?"
Recuerda que si bien es cierto que nada sería visible sino fuera por la luz, también es cierto que la luz sólamente es posible porque existe la oscuridad. Atrevernos a ver aquello que nos asusta de nosotros mismos y aceptarlo como parte del ser complejo que somos nos permitirá llevar nuestra conciencia a un nuevo nivel donde el placer y el sufrimiento no estén enfrentados sino armonizados.
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Para aceptar tu lado oscuro, y darle el lugar que le corresponde, te recomendamos lo siguiente: