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¿Qué pasa en tu cerebro si te quejas todo el tiempo y cómo evitarlo?

Marzo 06, 2021

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Cómo afectan las quejas al cerebro y cómo hacer para evitar quejarse constantemente

¿Conoces a alguien que siempre tiene algo nuevo de lo cual quejarse? O quizás tú mismo te has descubierto al realizar quejas continuas sobre cosas que realmente no puedes cambiar ni controlar. 

 

Más allá de que emitir quejas constantemente afecta al humor y estado de ánimo del quejoso, es algo que repercute también en sus relaciones, pues ¿quién quiere estar cerca o hablar con alguien que sólo abre la boca para quejarse de algo?

 

Pero eso no es todo, pues las quejas que se repiten una y otra vez, afectan también al cerebro y sus funciones.

 

Las personas negativas casi siempre se quejan sin falta. Peor aún, los quejosos no están satisfechos con guardar sus pensamientos y sentimientos para sí mismos; en su lugar, buscarán a algún participante que no esté dispuesto y se desahogarán.

 

Los quejosos no suelen dar importancia a lo que los demás piensan o sienten, sino que simplemente los usan para vaciar su frustración, como una caja de resonancia para sus quejas y un sitio donde verter su basura emocional.

 

Por supuesto, todos se quejan de vez en cuando; el problema viene cuando ese estado de queja se vuelve algo constante y empieza a formar parte del día a día de las personas

 

La maleabilidad del cerebro

El cerebro humano es notablemente maleable. La neuroplasticidad describe el cambio duradero en el cerebro a lo largo de la vida de una persona y permite comprender cómo el cerebro puede verse afectado, para bien o para mal, por los hábitos y comportamientos.

 

Puedes cambiar tu cerebro al llenarlo de pensamientos positivos o negativos, al aprender cosas nuevas, practicar actividades creativas, etcétera. Los hábitos negativos empeoran tu cerebro. Las prácticas positivas mejoran tu cerebro.

 

Tus experiencias, comportamientos, pensamientos, hábitos, patrones de pensamiento y formas de reaccionar al mundo son inseparables de cómo tu cerebro se conecta a sí mismo.

 

De esta manera, los pensamientos pueden generar cambios estructurales en el cerebro y las quejas no son la excepción

 

Quejas y función cerebral

Los psicólogos denominan como rumiar a la conducta compulsiva de dar vueltas y vueltas a las cosas negativas y de emitir queja tras queja. Rumiar se refiere a repasar repetidamente un pensamiento o un problema sin completarlo. Desafortunadamente, la rumia se transmite directamente al cerebro deprimido y ansioso.

 

Los comportamientos dañinos como las quejas, si se les permite circular continuamente dentro del cerebro, alterarán inevitablemente los procesos de pensamiento. Los pensamientos alterados conducen a creencias alteradas, lo que conduce a un cambio de comportamiento.

 

Además, el cerebro posee algo llamado sesgo de negatividad . En términos simples, el sesgo de negatividad es la tendencia del cerebro a concentrarse más en las circunstancias adversas que en las positivas.

 

Los estímulos negativos producen más actividad neuronal que los positivos igualmente intensos. También se perciben con mayor facilidad y rapidez. Por ello se suelen tener más presentes los momentos negativos y se las vivencias tristes o dolorosas se quedan grabadas por más tiempo.

 

Es importante tener en cuenta que la repetición es la madre de todo aprendizaje. Cuando la mente se enfoca repetidamente en lo negativo a través de las quejas, se activan una y otra vez las neuronas responsables del sesgo de negatividad. Esto crea un comportamiento negativo a través de la repetición.

 

En otras palabras, si te quejas constantemente, tu cerebro se inclinará cada vez más hacia la negatividad y se volverá un círculo vicioso en el que llegarán a ti más motivos para quejarte y estar a disgusto; esto te hará ver un mundo gris, te llenará de frustración y desesperanza.

 

¿Cómo evitar que las quejas afecten a tu mente?

No es posible ser “despreocupado” todo el tiempo, y ni siquiera se debería intentar serlo. Pero lo que sí es fundamental es aprender a procesar los sentimientos de forma natural a medida que surgen, así como tomar medidas concretas para contrarrestar los pensamientos negativos.

 

Para evitar las quejas, procura hacer consciente eso que las provoca. Piensa si es algo que está en tus manos solucionar o cambiar y, en vez de quejarte, ponte en acción para salir de esas situaciones que te molestan

 

Si se trata de cosas que no está en ti arreglar, aprende a dejar fluir y piensa que nada es permanente, así que incluso eso que te molesta, en algún momento cambiará o terminará, y si no lo hace, lo que puedes hacer es alejarte de lo que lo provoca.

 

Las investigaciones han demostrado repetidamente que las afirmaciones, la meditación y la atención plena son quizás las herramientas más poderosas para combatir la negatividad. Se ha demostrado, por ejemplo, que las personas que meditan a diario muestran más emociones positivas que las que no lo hacen.

 

Sólo de 15 a 20 minutos de meditación diaria pueden marcar una gran diferencia en tu vida y aumentar la capacidad de tu cerebro. Y con eso estarás mejor preparado para resistir la tentación de quejarte.

 

Lo mejor del cerebro es que, gracias a esa maleabilidad, si en una etapa te inclinas a la negatividad, ese no es el fin del mundo, pues el cerebro es capaz de “desaprender” comportamientos, creencias y hábitos dañinos, para volverse emocionalmente más inteligente.

 

Con información de Power of Positivity

 

Imagen de portada: Freepik


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