En el mundo del wellness, todo el mundo está de acuerdo en que es necesario desintoxicar el cuerpo por medio de jugos naturales, tés o smoothies. La práctica de yoga y la meditación son parte de la ecuación. Pero, ¿qué hay de liberar también la mente de toxinas? Resolver traumas emocionales puede ser la clave para experimentar energía positiva sin límites. Sin embargo, durante el proceso de limpieza o sanación es normal que surjan sentimientos de tristeza, duelo, enojo y resentimiento.
En Occidente, se acostumbra esperar sanaciones inmediatas. Es común la creencia de que la única señal aceptable de que algún remedio funciona es la ausencia instantánea de dolor o molestia, cuando la realidad es que un signo de que la curación llega puede ser la parte más complicada y dolorosa. En otras palabras, para limpiar hay que sacar.
La llamada “crisis de la sanación” es precisamente cuando un síntoma parece empeorar y se intensifica, ya sea en forma de emoción o de enfermedad en el cuerpo físico. En el caso de las emociones, es muy importante tener esto claro, ya que se necesita sentirlas y aceptarlas para poder limpiarse y liberarse de ellas. El hecho de comprender este proceso es fundamental para continuar en el viaje hacia la sanación, en lugar de asumir que la estrategia de detox emocional no funciona y darte por vencido.
Si te encuentras en uno de estos procesos, asegúrate de contar con un buen sistema de apoyo a tu alrededor. Liberar emociones negativas puede ser intimidante, pero no debes reprimirlas ni rechazarlas. Ten en mente que todo pasa. Visualiza esas emociones como olas que llegan y se van.
Algunas cosas que te conviene recordar mientras limpias tu espacio emocional: