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Tus sueños podrían ser grandes detonadores artísticos

Abril 01, 2018

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3 minutos de lectura

¿Te ha pasado que a veces sientes deseos de emprender alguna labor creativa, pero no sabes cómo ni por dónde empezar? ¿Ganas de escribir o de pintar, por ejemplo? ¿Has sentido que lo único que te falta es el material, porque las intenciones y las ganas ya las tienes? Aquí te damos la solución perfecta para comenzar: plasma tus sueños, aquellas imágenes oníricas que te sorprenden por las noches, a veces de maneras concretas y nítidas y otras tantas, completamente abstractas y enigmáticas.

 

Los sueños son grandes detonadores creativos por una razón: ofrecen una narrativa que se sale de las formas cotidianas de la estructura. Las imágenes resaltan por su carácter inaudito, fantástico, apabullante, místico y psicodélico, sobre todo cimentado en el inconsciente y en las fibras más profundas de la percepción. Es por eso que son un indudable material para construir, en principio escenas y después posibles historias; estructuras alejadas de lo cotidiano, colindando con elementos fuera del mundo real, intrigantes, revolviéndose en los mecanismos del enigma, en el túnel de la subjetividad.

 

Si deseas pintar o dibujar, aquello que veas en tus sueños puede ser el mejor boceto para hacer un gran cuadro. Lo mismo que si deseas escribir, todo lo que suceda en el mundo onírico puede ser contado a través de tu palabra escrita, a manera de cuento, crónica o testimonio, el rumbo tú lo decides. Permítete experimentar y darte licencias de estilo para agregar o quitar cosas a conveniencia. Escribir o pintar un sueño poniendo particular atención a sus texturas es una gran manera de comenzar a levantar un panorama, un terreno para el hilo conductor; después de la textura, será necesario volcarse en el evento o sucesos que ocurrieron en él. Piensa en tus sueños como una materia en bruto o arcilla lista para ser moldeada por tu ingenio.

 

A veces, los sueños que son angustiantes poseen los mejores atributos para quedarse en la memoria, así que podrías tomar como algo productivo esas manifestaciones y a partir de ahí trabajar con tu creatividad para darle la vuelta a la experiencia.

 

Es el enigma, la incógnita de lo inesperado lo que permite múltiples entradas a la interpretación y otorga la posibilidad de apropiamiento: cualquiera puede estar ahí, cualquiera ha experimentado o experimentará la fascinación de lo extraño; por eso, un sueño compartido puede ser una experiencia artística para los otros, los espectadores, oyentes o lectores. Un sueño es un material de construcción que siempre se está preguntando por la identidad, los límites y las fronteras del pensamiento.

 

Te invitamos a intentar este ejercicio creativo la próxima vez que te sientas con la inspiración para empezar un proyecto. Escribe o haz bosquejos de tus sueños al despertar. Ten a la mano una libreta o tu computadora y date unos minutos para anotar lo más importante y con lo que irás trabajando. Anímate a hacer la prueba y cuéntanos cómo te fue.


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