La Tabla Esmeralda, uno de los textos esotéricos más importantes de la historia, atribuido a Hermes Trismegisto y traducido del latín por Isaac Newton, afirma que "Lo de abajo es como lo de arriba, y lo de arriba es como lo de abajo, para obrar los milagros de una sola cosa". Esta máxima de correspondencia entre el mundo superior y el mundo inferior, entre el cielo y la tierra, entre la divinidad y el hombre, es la base la filosofía del microcosmos y en gran medida de la visión holística de la antigüedad.
Es importante reparar en que la Tabla Esmeralda enfatiza que "todas las cosas... proceden de uno" y para que la unidad pueda ser tal, o mejor dicho, debido a que las cosas son una, lo de abajo debe reflejar a lo de arriba, puesto que de otra forma no había conexión, comunicación o cohesión, lo que habría sería separación, fragmentación, desunión, como si un cuerpo no pudiera comunicarse con sus partes, las cuales son él mismo.
Es sólo entendiendo esta noción filosófica del microcosmos, de un continuum de la unidad en diversos estratos, de una persistencia del sello unitario del origen en la multiplicidad (como la luz que es todos los colores) que podemos acercarnos a la ciencia que en la antigüedad fue la más prestigiosa y hoy en día es la más ridiculizada: la astrología. Los antiguos creían que al estudiar los astros era posible estudiar el hombre, siendo éste último un pequeño universo. Como dijo poéticamente Paracelso, "Por cada estrella en el cielo, hay una estrella en la Tierra, y por cada planeta en el espaco hay un planeta en el cuerpo del hombre". O como explica Platón en el Timeo, cada alma humana está unida a una estrella en el universo. Y, Aleister Crowley: "La revelación de la compañía del cielo. Todo hombre y mujer son una estrella".
John Frawley en su libro The Real Astrology dice: ”La astrología ya no es inteligible, no porque se haya refutado finalmente, sino porque los cimientos filosóficos han cambiado. La sociedad moderna ya no entiende el cosmos de una forma dentro de la que la astrología hace sentido. Para el criterio del mundo moderno –y debe explicarse que es sólo dentro de este criterio– la astrología es realmente un sinsentido”. La visión moderna, eminentemente materialista, difícilmente considera la posibilidad de que todo en la naturaleza esté vivo, tenga significado y esté relacionado con nuestra existencia. La visión hermética sugiere que en el universo cada punto es el centro, y en torno a este punto gira un cosmos infinito de significado. Esto sólo sería posible si la totalidad de alguna manera estuviera presente en cada parte.
El gran sucesor platónico, el filósofo Plotino, habla sobre una bella conspiración cósmica:" Las estrellas son como letras que se inscriben a cada momento en el cielo. En el mundo todo está lleno de signos. Todos los acontecimientos están coordinados. Todas las cosas dependen de todas las demás. Tal como se ha dicho: todo respira junto".
Manly P. Hall en su libro The Philosophy of Astrology:
La doctrina del Microcosmos y el Macrocosmos sostiene que cada parte del espacio exterior afecta una parte correspondiente de la constitución metafísica de la Tierra.. El universo es una gran secuencia de similares que descienden en magnitud mientras vamos a los niveles más bajos de los ordenes de la vida, pero de lo más alto a lo más bajo, un solo principio y una sola luz, se manifiesta a través del patrón simbólico del orden astrológico... El hombre se ve afectado directamente por el medio ambiente de su comunidad y de su nación, de la misma manera todos los hombres y los seres vivos en la Tierra se ven sujetos a la cambiante influencia de su ambiente. El gran ambiente del mundo es el espacio mismo, poblado por una vasta raza de gigantes, dioses luminosos moviéndose con gracia y orden a través de la eternidad.
Aquí llegamos a un interesante impasse. La ciencia moderna ha determinado que la astrología es una mera superstición principalmente porque no alcanza a medir las fuerzas físicas a través de las cuales opera. Sin embargo, la astrología al hablar de rayos planetarios o influencias siderales se remite a fuerzas metafísicas, a energías numinosas. El conflicto es más profundo de lo que se piensa, la ciencia moderna al exiliar a la astrología del conocimiento legítimo hace como si hubiera probado categóricamente que no existen fuerzas invisibles, que no existe el espíritu o que la conciencia es meramente una proyección del cuerpo humano y el espacio está vacío, es inerte (Sartre famosamente dijo que la naturaleza era muda). La astrología nace en el centro de una cosmología que mantiene, en cambio, que todo el universo es la manifestación de una sola luz, una sola vida que permea el espacio con su energía inteligible. Las estrellas y los planetas son animales divinos, células de un único animal inmenso que es todas las cosas. Se dice en el Corpus Hermeticum: "Escuchad en vosotros mismos y mirad en el Infinito del Espacio y del TiempoAllí se oye el canto de los Astros, la voz de los Números, la armonía de las Esferas. Cada sol es un pensamiento de Dios y cada planeta un modo de este pensamiento".
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