Muchas manifestaciones artísticas y culturales como películas, canciones, libros, anuncios, series de televisión y otras nos bombardean una y otra vez con la misma información: estar solo es lo peor de lo peor. Por eso podemos cantar con tanta pasión canciones sobre cómo no podremos vivir sin esa pareja o leer poemas dedicados a enaltecer el amor con una nostalgia como si del fin del mundo se tratara.
Estar en contacto con todas nuestras emociones es muy saludable para la mente y para el espíritu; sin embargo, ponerse a llorar durante 1 hora o más porque no nos contestaron ese mensaje con una invitación al cine no es precisamente bueno.
Aprender a disfrutar de nuestra soledad puede ayudarnos a pasarla bien más allá de quién esté a nuestro alrededor o no, y esto es importante porque en la vida todo cambia y nada es para siempre. ¿Te gustaría aprender a disfrutar tu tiempo a solas? No te pierdas esta sencilla guía para aprender a disfrutar la soledad.
1. Primer momento a solas: enlista tus cualidades
Siéntate por unos minutos a disfrutar tu primer momento en soledad. La primera actividad que debes hacer es escribir en una lista todo lo que te gusta de ti y que no depende de ninguna otra persona para ocurrir. Por ejemplo, “me gusta la capacidad que tengo para sobrevivir a las malas experiencias”. Termina cuando te sientas listo.
2. Segundo momento a solas: date unos minutos para sentir
En muchas ocasiones nos resulta complejo estar solos porque enfrentamos una serie de emociones que existen dentro de nosotros y que en la practicidad del día a día podemos ignorar la mayoría del tiempo. Para evitar este vértigo de sentir lo que llevamos dentro de un jalón, date unos minutos al día para simplemente sentir y reconocer las emociones que existen dentro de ti. No te juzgues, aprende a aceptarte.
3. Tercer momento a solas: planea una actividad para ti
¿Qué te gusta hacer? ¿Hay alguna exposición que quieras ver? ¿Una nueva película que no te quieres perder? ¡Hazlo! Al principio puede ser un poco extraño y quizá por costumbre quieras invitar a alguien, pero te recomendamos que lo hagas solo. Te podrías llevar una sorpresa y descubrir que salir contigo es realmente divertido.
4. Cuarto momento a solas: establece rutinas para ti
Cuando poco a poco pierdas el miedo a salir sin alguien puedes empezar a diseñar rutinas que sean sólo para ti y nada más. Recuerda que lo mejor es basar tus actividades en lo que más disfrutas hacer por ti mismo. Puedes darle cierta periodicidad a tus salidas para que no dejes de practicar el disfrutar tu soledad. Por ejemplo, todos los miércoles dedícalos a leer en tu cafetería preferida.
Puedes ir cambiando de actividades cuantas veces quieras. También puedes repetir los primeros pasos si de pronto te vuelves a sentir inseguro al estar contigo mismo. Aprovecha que estando solo puedes hacer lo que quieras, como quieras hacerlo y sin darle explicaciones a nadie, ¡la libertad es increíble si la sabes aprovechar!