La costumbre de guardar los medicamentos que no se terminan después de un tratamiento es muy común, pero eso no significa que sea lo correcto, porque hacerlo incentiva la mala práctica de la automedicación. La mayoría de los botiquines en los hogares se surte de este tipo de medicinas pero pocas veces se tiene un botiquín equipado correctamente, con todo lo necesario para los primeros auxilios.
Cómo armar tu botiquín de primeros auxilios
La Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID) recomienda elegir el contenedor adecuado, ya sea una caja de madera o un bote de plástico. Debes designar un lugar apropiado en donde los materiales médicos que conformarán tu botiquín se mantengan en buen estado y, en especial, libres de humedad.
Los dispositivos médicos y materiales de curación básicos para tu botiquín son:
- Curitas. Para cortaduras o raspaduras por incidentes en casa.
- Alcohol o solución desinfectante. Un antiséptico es fundamental para lesiones leves; si la herida es profunda es recomendable ir con un profesional de la salud.
- Hisopos y algodón. La aplicación de soluciones desinfectantes no debe ser directamente con el líquido o las manos, los hisopos o pedazos de algodón facilitan esta tarea y evitan que se propaguen las bacterias provocadas por el ambiente.
- Gasas y cinta micropor. Cubren la herida y evitan que tenga contacto con el ambiente, para prevenir infecciones.
- Pinzas. Durante el juego es común que los niños se astillen o se espinen, por lo que unas pinzas pequeñas son elementales.
- Vendas. Los accidentes van más allá de raspaduras o cortaduras, algunos son musculares o a nivel articulación y requieren un vendaje especial para su cuidado.
- Termómetro. Contar con un termómetro en casa es vital. Existen diversas presentaciones que van desde la clásica de vidrio con mercurio, hasta la versión electrónica que sólo requiere 1 minuto para reflejar la temperatura.
- Bolsa para agua caliente. Para desinflamar y aliviar molestias por golpes y dolores leves.
- Medicamentos. Antiácidos, aspirinas para adultos y niños (si no son alérgicos), bicarbonato y medicamentos específicos que se tomen en casa.
Revisa periódicamente el botiquín para asegurarte de que los medicamentos están en buen estado y de que sean suficientes. Reemplaza cuando sea necesario para tener siempre a la mano y responder a cualquier emergencia, pero nunca ignores la visita al doctor.