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Insomnio aumenta el riesgo de padecer depresión y otras enfermedades

Febrero 26, 2020

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • En qué cosnsite el insomnio y cuáles son sus síntomas

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  • Efectos del insomnio en la salud física y mental

¿Has escuchado que alguien se queje de que pasó la noche sin poder dormir, o de que se despertó varias veces durante la noche y eso impidió su descanso? O quizás esto sea lo que te pasa a ti, pues los trastornos de sueño son un problema mundial que se considera parte de la vida moderna y son muy comunes entre la población adulta en México. 

 

Casi el 40% de los mexicanos entre 18 y 65 años padece insomnio, de los cuales, alrededor del 37% son hombres y el 42% mujeres. Este problema afecta con mayor frecuencia a mujeres de mediana edad, adultos mayores y trabajadores con jornadas laborales por turnos.

 

El insomnio es la incapacidad de dormir, a pesar de que haya tiempo y oportunidad para hacerlo. Sin embargo, aunque la mayoría de las personas podría decir que tuvo una noche de mal sueño en la semana previa, eso no es una patología que se pueda considerar como insomnio.

 

De acuerdo con Ulises Jiménez Correa, investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, para que se pueda considerar insomnio, una persona debe tener la dificultad para conciliar el sueño al menos dos noches por semana durante los 6 meses previos.

 

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Los principales síntomas del insomnio son:

  • Dificultad para conciliar el sueño.
  • Dificultad para permanecer dormido durante toda la noche (despertar continuamente).
  • Despertar más temprano de lo deseado.

 

Las consecuencias del insomnio son:

  • Somnolencia durante el día.
  • Sensación de fatiga y cansancio.
  • Reducción de las capacidades de atención, memoria y aprendizaje.
  • Menor productividad. 
  • Aumento del estrés.
  • Mal humor, irritabilidad.

 

Hace algunos años, los trastornos del sueño como el insomnio se conocían como enfermedades psiquiátricas secundarias, pero no lo son, pues hoy los especialistas saben que padecimientos como el insomnio pueden ser el desencadenante de enfermedades como la depresión.

 

Por otro lado, el insomnio también puede afectar a quienes tienen otras enfermedades. Las personas que viven con diabetes y duermen mal tendrán sus niveles de glucosa hasta un 50% más elevados por la mañana, mientras que los trastornos de sueño hacen que una persona tenga 295% más probabilidades de padecer diabetes.

 

La posibilidad de tener una enfermedad demencial es 1.7 veces más alta, y hay cinco veces más probabilidades de padecer Alzheimer cuando no se duerme bien ni lo suficiente. Por otro lado, el riesgo de padecer hipertensión es 510% mayor respecto a quienes tienen una buena calidad de sueño. 

 

Cómo combatir el insomnio

Para empezar, hay que tener claro que lo contrario al insomnio es el sueño de buena calidad, cuyos tres elementos clave son:

  • Duración: debe ser suficiente para que la persona se sienta descansada y alerta al día siguiente.
  • Continuidad: los períodos de sueño deben ser continuos, sin despertar por la noche.
  • Profundo:  el sueño debe ser lo suficientemente profundo para ser reparador.

 

Por otro lado, uno de los principales problemas que enfrentan las personas que padecen insomnio es la ansiedad que les provoca la llegada de la noche, pues su mente anticipa que no podrán dormir y eso se vuelve un factor estresante.

 

Lo más recomendable para tratar tanto el insomnio como esa ansiedad que da la idea de no poder dormir es recurrir a terapias como la cognitivo-conductual, pues ayuda a que desaparezcan esos temores que favorecen el insomnio.

 

Antes de recurrir a la medicación es necesario que el terapeuta analice todos los problemas externos que impiden la llegada del sueño, pues no sólo se trata de recetar un fármaco a la primera, sino de encontrar los problemas de raíz. 

 

Además, el paciente deberá poner de su parte para cambiar ciertos malos hábitos que dificultan conciliar el sueño, como cenar muy pesado o abundante, beber café por la tarde o la noche, ver televisión antes de acostarse o irse a la cama con el celular en la mano para ver las redes sociales o chatear.

 

Cuando ni la terapia ni el cambio de hábitos funcionan, se recurre al tratamiento farmacológico, pero debe ser prácticamente el último recurso y es muy importante que se trate de medicamentos que no ocasionen adicción ni efectos secundarios o recaídas una vez que se dejan de consumir.

 

Si tienes insomnio o en ocasiones se te dificulta conciliar el sueño, prueba la siguiente meditación guiada para dormir mejor:

 

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Con información de Selecciones Reader’s Digest


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