Tus hábitos alimenticios pueden ser la raíz del problema que tienes con la ansiedad y la depresión. Estos trastornos comúnmente son tratados por médicos expertos en salud mental, que lógicamente van a recetar medicamentos para que tu estado de ánimo esté "bien"; sin embargo, muchas veces puedes sentirte mejor simplemente si cambias tu alimentación a una más saludable. 

 

Los medicamentos recetados para la depresión y la ansiedad suelen causar dependencia en sus pacientes, por lo cual podrían provocar un problema mayor en comparación con algo que tal vez era mucho más sencillo de arreglar. 

 

Desde un punto de vista holístico, el intestino se conoce como el "segundo cerebro" y científicamente como el sistema nervioso entérico, que consiste en neuronas localizadas en las paredes del intestino y que forman el nervio vago.

 

El nervio vago va desde el esófago de una persona hasta el ano, mide aproximadamente 9 metros de largo y debido a la interconexión del intestino y el sistema nervioso entérico, una vez que las bacterias intestinales están fuera de balance puedes volverte susceptible a los trastornos emocionales comúnmente conocidos como depresión o ansiedad. 

 

Las siguientes son ocho deficiencias nutricionales que podrían afectar tu estado de ánimo:

 

1. ¿Deficiencia de alimentos saludables?

¿Tienes una dieta poco saludable, llena de azúcar, comida chatarra y refresco? Bueno, pues es muy probable que tu dieta afecte tu estado de ánimo y tu salud en general. 

 

Hoy en día las personas están más ocupadas que nunca, y cuando esto sucede, la dieta y el ejercicio son una de las primeras cosas que se descuidan. Los restaurantes de comida rápida y las tiendas como OXXO o 7-Eleven pocas veces tendrán opciones sanas y nutritivas.

 

La obesidad, las enfermedades cardiacas, la diabetes y la depresión son sólo algunos de los efectos perjudiciales para la salud que pueden provocar las dietas que carecen de nutrientes, frutas, vegetales y proteínas. 

 

Algo que puedes hacer es crear un plan nutricional y basarte en distintos consejos de expertos en el tema, y si eres una persona ocupada, procura tomar 1 hora de tu noche cuando llegues del trabajo o la escuela para preparar tu comida del día siguiente. Esto no sólo hará que comas mucho mejor sino que también te ayudará a ahorrar mucho dinero. 

 

2. Deficiencia de ácidos grasos omega 3

Una deficiencia de los ácidos grasos omega 3 o un desequilibrio entre los ácidos grasos omega 3 y omega 6 puede afectar el estado de ánimo. 

 

Los omega 3 son importantes para el funcionamiento del cerebro y la perspectiva mental positiva. La investigación ha demostrado que una dieta que carece o tiene un desequilibrio en omega-3 y omega 6 puede afectar negativamente la salud mental a través de los siguientes padecimientos: TDAH, depresión, esquizofrenia y trastorno de la personalidad. 

 

Hay alimentos muy sencillos de conseguir en el mercado y hasta en el súper que pueden brindarte grasas buenas. Algunos de estos alimentos ricos en omega 3 son las semillas de linaza, las semillas de chía, el salmón, la trucha de río, la caballa, el arenque, las sardinas, el atún, el aceite de soya, el aceite de canola, las verduras de hoja verde, los frijoles y las algas.

3. Deficiencia de vitamina D

La vitamina D ayuda a los huesos y dientes, y es necesaria para absorber el fósforo en el torrente sanguíneo, lo que ayuda a la salud mental y física. 

 

¿Has oído hablar del trastorno afectivo estacional? Los síntomas se parecen a la depresión, pero ocurre durante los meses de invierno debido a la falta de luz solar. En un estudio se analizó a más de mil 200 personas en busca de deficiencia de vitamina D y trastornos mentales asociados y se encontró que la deficiencia de vitamina D estaba presente en personas con depresión y trastornos de pánico. 

 

La luz solar es la mejor fuente de vitamina D; es beneficioso salir a caminar o pasar un tiempo al aire libre para obtenerla, sin poner en riesgo la salud o la piel. Otras grandes fuentes de vitamina D son los pescados grasos como el salmón, los lácteos no descremados, la yema de huevo, el polen de abeja, los hongos silvestres y la leche de nuez fortificada.

Te puede interesar: Todo lo que necesitas saber sobre la alimentación se encuentra en esta lista de textos

 

4. Deficiencia de vitaminas del complejo B

La vitamina B convierte los alimentos en combustible que te permiten mantener la energía durante todo el día. 

 

Cada vitamina B (son nueve en total) tiene sus propios beneficios específicos, desde promover una piel y cabello saludables, hasta prevenir la pérdida de memoria y las migrañas. Actualmente surge una nueva investigación en el campo de la neuropsiquiatría que muestra un vínculo entre las deficiencias de vitamina B y los trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión.

 

Los alimentos que son ricos en vitaminas B son las nueces, sardinas, legumbres, yema de huevo, plantas de hoja verde y betabel y otros tubérculos.

 

5. Deficiencias de zinc, ácido fólico, cromo y hierro

Los minerales se originan en el suelo, pero a diferencia de las vitaminas, no pueden ser producidos por los seres humanos, ni por otros animales o sistemas vivos. 

 

Los minerales en el suelo son absorbidos por las plantas y luego pasan a los humanos y otros animales que comen tales plantas. La investigación ha demostrado que los minerales como el zinc, el litio, el hierro y el cromo ayudan a las personas que sufren de depresión, esquizofrenia, ansiedad, trastornos alimentarios y subgrupos de alcoholismo.

 

Como estos minerales se consideran oligoelementos, sólo se necesita una pequeña cantidad de ellos para beneficiarse. Algunos alimentos que contienen minerales esenciales incluyen panes integrales, frutas frescas y verduras de colores profundos.