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Alimentación: base para un desarrollo integral en la infancia

Enero 29, 2020

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  • La importancia de una buena nutrición durante la infancia

Suele ser muy común que al inicio de un nuevo año las personas hagan el propósito de mejorar su alimentación, además muchas veces buscan integrar en esa meta saludable a toda la familia, desde los más grandes, como los abuelos, hasta los más pequeños. 

 

Aunque la alimentación es muy importante en todas las etapas de la vida, cobra una relevancia mayor cuando se trata de los niños, en especial durante sus primeros años de vida, etapa en la que se debe prestar más atención a su dieta para que logren tener un desarrollo adecuado.

 

Si la alimentación es deficiente durante los dos primeros años, el menor podría tener un retraso en el desarrollo físico y mental por el resto de su vida, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

 

De acuerdo con los expertos en requerimientos especiales de nutrición para bebés, Nutricia, los 6 primeros meses de vida son cruciales para su desarrollo. En esta etapa, la lactancia materna exclusiva satisface totalmente los requerimientos nutricionales del niño o niña.

 

Pasado este tiempo, se da paso a la alimentación complementaria y con ella el niño puede recibir el primer alimento diferente a la leche materna, hasta que se incorpora completamente a la dieta familiar, lo cual ocurre cerca de los 2 años.

 

Los niños que tienen una nutrición deficiente en los primeros años de vida pueden tener más riesgo de presentar déficit intelectual, cognitivo e inclusive de comportamiento a lo largo de la vida.

 

La desnutrición durante el embarazo, así como la desnutrición durante el llamado periodo crítico de crecimiento rápido del cerebro, que va desde los -9 meses (el momento de la concepción) hasta los 2 años, puede causar daños estructurales, entre los que se incluyen la disminución de tamaño y peso de este órgano.

 

En estos primeros años de vida existen casos en que los pequeños tienen requerimientos nutrimentales especiales, por lo cual se ha desarrollado alimentación complementaria que se introduce de forma gradual y paulatina en la dieta, integrando alimentos diferentes a la lactancia para satisfacer las necesidades específicas de los menores.

 

Es bien sabido que la lactancia materna es la mejor opción para alimentar a recién nacidos y bebés. Sin embargo, diversos factores pueden comprometer su administración y poner en riesgo el correcto desarrollo de los pequeños.

 

Según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014, el 33.4% de las mujeres de entre 15 y 49 años que no pudieron amamantar a sus bebés argumentó no tener leche. La segunda razón para no hacerlo fue el rechazo por parte del infante, con un 25.9%; y la tercera causa fue que la madre estaba enferma, con un 14.2% de respuestas.

 

Si el niño no está bien alimentado durante los primeros años de vida, puede tener efectos profundos en su salud así como en sus habilidades para aprender, comunicarse, pensar analíticamente, socializar efectivamente y adaptarse a nuevos ambientes y personas.

 

Una buena nutrición es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los menores de por vida.

 

De ahí, la importancia de cuidar la nutrición durante la infancia, sobre todo en los primeros mil días de vida. Las deficiencias nutricionales durante este periodo representarán un sesgo en el niño para siempre, lo cual afectará todo su futuro.


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