Es común que después de algunos meses o años las relaciones de pareja sufran algún tipo de desgaste, ya sea por el tiempo, la rutina, las discusiones o el tedio. Hasta cierto punto es normal, sobre todo cuando ambos viven juntos y el tiempo que pasan a solas se reduce bastante.
Según diversos estudios, la satisfacción a largo plazo de la pareja y su relación depende de algunos factores clave: pensar positivamente el uno con el otro, pensar el uno en el otro cuando están separados, actuar afectuosamente, compartir actividades nuevas y desafiantes y, en general, ser feliz en sus vidas individuales y compartidas.
Sin embargo, es normal que las personas en relaciones a largo plazo pasen periodos de menor intimidad y una aparente disminución de la satisfacción. No existe un marco de tiempo definido para este periodo, pero estancarse en la rutina suele ser un factor determinante.
Mientras no haya conflictos mayores que se oculten detrás de esa sensación de “agotamiento”, lo mejor será darse un tiempo para analizar la situación y poner el práctica algunas acciones que revitalizarán la relación de inmediato y eliminarán la frustración.
Estos son los cuatro consejos básicos para “rejuvenecer” la relación en casos como este:
1) Prueben nuevas actividades. Hacer cosas juntos es la clave para mantener una relación, pero hacer las mismas cosas todo el tiempo puede conducir al aburrimiento. Entonces, este es el principal punto de partida: la inclusión de nuevas actividades, divertidas y estimulantes, que rompan con la rutina acostumbrada. Desde cosas pequeñas como cambiar el orden de las dinámicas domésticas (cuándo van al mercado, quién se encarga de tal o cual cosa) hasta cuestiones que tienen que ver directamente con su relación, como planear pequeñas citas a lugares diferentes y espontáneos. Hacerlo puede mejorar la satisfacción de la relación. No teman a probar cosas totalmente fuera de sus planes, eso añadirá emoción y quizás adrenalina de una forma benéfica.
2) Comuniquen sus necesidades. Otra clave indispensable: la buena comunicación tiene que trascender entre ustedes. Tengan siempre la confianza de hablarse con honestidad sobre lo que quieren, necesitan y sobre lo que les gustaría cambiar. Esto permitirá que las inconformidades se expresen de inmediato y no se estanquen, pues eso podría ocasionar explosiones de frustración acumulada en un futuro. Cuando las necesidades no se cumplen en una relación, aumentan las posibilidades de infidelidad y disminuye la buena percepción sobre el otro, de ahí la importancia fundamental de decirlo cuanto antes. Ponte a prueba para sentarte y hacer una lista de las cosas que te gustan de tu pareja, y luego compártelas de manera positiva.
3) Potencien su vida sexual. La buena vida sexual de las parejas es una base para la confianza, la conexión (no sólo física, sino espiritual y emocional) y por supuesto, la diversión y el deseo. Si la vida sexual es buena, hay muchas posibilidades de que todo lo demás también lo sea. Por eso, será bueno experimentar cosas nuevas que les devuelvan el interés y la “chispa” en los momentos eróticos. Un buen inicio es el sexting, que significa mandarse mensajes con alto contenido sexual cada vez que estén lejos, para seducirse y encender el deseo. También pueden mirar alguna película porno juntos para excitarse y dejarse llevar, quizá imitar lo que vean en ella. O escriban en papelitos, por separado, todas las fantasías que les gustaría realizar, luego deposítenlas en un frasco y por turnos, saquen los papelitos y cumplan todo lo que encuentren. A veces, el sexo de manera espontánea funciona mucho mejor que cuando se planea. ¡Inténtenlo!
4) Recuerden que nada es perfecto. A veces las parejas simplemente pasan por periodos de inestabilidad que no significan que sea el fin de la relación. Encuentren el punto exacto donde no le dan demasiada importancia a ese suceso, pero al mismo tiempo hacen todo lo posible por remediarlo de manera comunicada y amorosa. La satisfacción de las relaciones está ligada a la satisfacción personal, así que también considera analizar cómo te sientes en privado y que tu pareja haga lo mismo; de esta manera, no trasladarán problemas personales al terreno que ambos comparten. Si tú estás bien, estarás mejor al convivir en pareja.