La mariposa monarca –uno de los insectos más queridos y admirados del mundo y reconocida por la larga ruta migratoria que realiza cada año entre México y Canadá– ha sido clasificada, por primera vez, como una especie en peligro de extinción, según informó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), organismo que se encarga de elaborar la “Lista Roja de Especies Amenazadas”.

De acuerdo con el doctor Bruno Oberle, director general de la UICN, la población de la mariposa monarca migratoria se redujo entre un 22% y 72% durante la última década; mientras que, al considerar el periodo de 1980 a 2021, la población occidental que hiberna en California disminuyó un 99,9%, y la oriental, la de mayor tamaño que hiberna en México, cayó un 84% entre 1996 y 2014.

Esta situación se debe, en gran parte, a la destrucción de los santuarios a los que la especie migra en México y California, en los que ocurre tanto tala ilegal como deforestación de amplias zonas que se destinan a la agricultura y el desarrollo urbano. 

A estos factores se suman la sequía y los incendios forestales, que también afectan tanto los hábitats como las zonas migratorias de las mariposas, mientras que el cambio climático hace que las temperaturas se eleven o desciendan antes de la temporada en que deberían hacerlo, por lo que las mariposas se ven obligadas a adelantar sus migraciones y eso ocasiona que cuando llegan a su destino, las plantas de algodoncillo aún no están listas, por lo que las larvas no cuentan con alimento suficiente.

Además, Oberle explica que los pesticidas y herbicidas también han contribuido a la reducción de la población de mariposa monarca, debido a que dichas sustancias provocan la muerte de estos insectos y del algodoncillo, la planta de la que se alimentan las larvas de las mariposas. 

Los datos proporcionados por la UICN son poco alentadores, pues lo que significan es que la mariposa monarca se encuentra a dos pasos de la extinción, mientras que los científicos se cuestionan si la cantidad de estos insectos que sobreviven puede ser suficiente para mantener a la especie, hacer crecer la población y así evitar la extinción.

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