Suena como algo gracioso o como si se tratara de una broma, pero no: el Día Mundial del Inodoro, que se conmemora cada 19 de noviembre, es real y tiene una importante razón de ser. 

La fecha de esta conmemoración fue establecida en 2013 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para crear conciencia acerca de que alrededor de 4 mil 200 millones de personas (más de la mitad de la población mundial) no tienen acceso a un inodoro, ni siquiera a una letrina limpia, y sus comunidades tienen sistemas de saneamiento deficientes, lo que da como consecuencia miles de personas enfermas por contaminación fecal.

Mientras que para millones de personas es algo común y rutinario tener acceso a un baño limpio y con agua corriente, e incluso en algunos países, como Japón, los servicios sanitarios y su limpieza tienen aspectos y funciones tan futuristas que parecen de ciencia ficción, en otras regiones del planeta millones de personas deben realizar sus necesidades en lugares que carecen de higiene. 

En este sentido, la ONU explica que contar con retretes en las comunidades ayuda a salvar vidas, porque evitan que se propaguen enfermedades mortales a través de las heces humanas. 

Datos de la ONU indican que alrededor de 892 millones de personas defecan al aire libre y no tienen acceso a ningún retrete; una tercera parte de las escuelas en todo el planeta no proporciona servicios sanitarios; 900 millones de estudiantes en todo el mundo carecen de instalaciones para lavarse las manos, y el 80% de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medioambiente sin ser tratadas o reutilizadas.

Además, alrededor de mil 800 millones de habitantes del planeta beben agua no potable que incluso podría estar contaminada por heces, y alrededor de 297 mil niños menores de 5 años mueren cada año debido a enfermedades diarreicas causadas por las malas condiciones sanitarias o por consumir agua no potable.

De ahí la importancia del saneamiento, de cara a evitar enfermedades y miles de muertes anuales.

Saneamiento sostenible y el cambio climático

Cada año, la ONU establece un tema prioritario para el Día del Inodoro. Para 2020 se eligió el de “Saneamiento sostenible y el cambio climático”.

Este tema es relevante porque el cambio climático empeora cada vez más. Las inundaciones, la sequía y el aumento del nivel del mar amenazan los sistemas de saneamiento, desde los inodoros hasta las fosas sépticas y las plantas de tratamiento. 

El agua de las inundaciones puede contaminar los pozos utilizados para el agua potable o puede dañar los inodoros y esparcir los desechos humanos a las comunidades y cultivos alimentarios, lo cual puede provocar enfermedades crónicas y mortales.

Por eso es importante contar con sistemas de saneamiento sostenible junto con agua potable e instalaciones para lavarse las manos, para ayudar a proteger y mantener la seguridad de la salud y detener la propagación de enfermedades infecciosas mortales como covid-19, cólera y tifoidea.

Los baños basados en el saneamiento sostenible pueden ayudar a combatir el cambio climático, ya que las aguas residuales y los lodos de los inodoros contienen recursos valiosos como agua, nutrientes y energía. 

Los sistemas de saneamiento sostenible hacen un uso productivo de los desechos para impulsar la agricultura de manera segura y reducir las emisiones para obtener energía más ecológica.

El saneamiento sostenible comienza con un inodoro que contenga los desechos humanos en un entorno seguro e higiénico para que luego éstos se almacenen en un tanque, que puede ser vaciado más tarde por un servicio de recolección o transportado por tuberías para que el agua sea tratada y reutilizada.

Con información de ONU

Foto de portada: Vectorpocket / Freepik