Marzo 15, 2021
La tala de bosques para la fabricación de productos de papel de un solo uso es una mala práctica ambiental; y no hace falta ser un experto en el tema para darse cuenta de esto, sobre todo cuando puñados de papel se tiran, literalmente, al inodoro miles de veces al día.
Según datos de un informe del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, Estados Unidos encabeza la lista en el consumo de papel higiénico y el estadounidense promedio consume 13 kilogramos por año. Eso se traduce en 141 rollos por persona, casi 50 mil millones de rollos en total, y la mayoría de ellos provienen de los bosques boreales de Canadá, uno de los ecosistemas más vulnerables del planeta. Allí viven caribúes, linces y alces; además, estos árboles desempeñan un papel esencial en la absorción y almacenamiento del carbono que calienta la tierra, que se libera rápidamente a la atmósfera cuando se tala el bosque.
Durante años, el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC) ha instado a los consumidores a cambiar a alternativas más ecológicas, a saber, papel higiénico reciclado o de bambú. Aquí un vistazo a cómo se clasifica cada uno en términos de respeto al medioambiente, considerando sus procesos de fabricación, contaminación, métodos de cosecha y blanqueo. Con ello podrás tomar mejores decisiones de compra.
El bambú gana terreno rápidamente en el mundo de las opciones ecofriendly del mercado. Representa una opción de papel higiénico sin uso de árboles. Los productos de papel de bambú se fabrican de la misma manera que el papel normal: la planta se descompone en fibras y se convierte en una pulpa que luego se prensa y se seca, pero mientras que la conífera promedio tarda 1 año en crecer 30 centímetros, el bambú puede crecer en un par de días (de hecho, es la planta de más rápido crecimiento del mundo). Tampoco es exigente con el lugar donde crece.
Los cultivos de bambú pueden prosperar en una variedad de climas. Ocupan menos espacio que los bosques boreales, no necesitan ser replantados una vez cosechados y no requieren el uso de fertilizantes o pesticidas. Los productos de bambú producen un 30% menos de emisiones que los fabricados con fibra virgen, según el NRDC.
Puntos en contra:
Puntos a favor:
El papel higiénico reciclado se elabora con trozos empapados de papel en agua tibia. Airean la mezcla para eliminar la tinta, la blanquean, la desinfectan, luego presionan y secan, como con el papel higiénico tradicional. Según el NRDC, reciclar papel en papel higiénico requiere menos agua y energía y genera menos contaminación del aire y del agua que fabricar papel higiénico a partir de madera; sin embargo, los consumidores deben tener cuidado con las afirmaciones de marketing engañosas y los productos químicos al acecho.
Lo inconveniente es que "reciclado" se ha convertido en un término vago, incomprendido y no regulado en la industria del papel higiénico. El NRDC señala que un producto puede ser calificado como 100% reciclado incluso si menos de la mitad está hecho de contenido reciclado posconsumo. El resto son "residuos manufacturados" o contenido reciclado preconsumo, que, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA), proviene de "la chatarra generada una vez finalizado el proceso de fabricación de papel". En otras palabras, el contenido reciclado preconsumo es un subproducto no utilizado de la propia fabricación de papel virgen.
La EPA recomienda buscar papel higiénico que contenga de 20% a 60% de contenido reciclado posconsumo.
Puntos en contra:
Puntos a favor:
Con información de Treehugger
Foto de portada: Freepik