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¿Cuál es la leche más sustentable?

Abril 27, 2021

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Impacto ambiental de cada tipo de leche

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  • Las mejores y peores leches en cuanto a sustentabilidad

Actualmente, la sustentabilidad de los alimentos es un tema que cobra cada vez más relevancia, pues es urgente tomar medidas que ayuden a frenar y mitigar problemas graves como la escasez de agua, la contaminación de tierra, aire y agua, el cambio climático y el calentamiento global.

 

En este sentido, al elegir los alimentos es importante tomar en cuenta el daño ambiental que hay detrás de ellos, al considerar aspectos como su huella hídrica y su huella de carbono. 

 

La producción de carne y lácteos usa el 83% de las tierras agrícolas del mundo y produce el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero agrícolas, mientras que suministra sólo el 18% de las calorías y el 37% de las proteínas consumidas por los humanos

 

Entonces, en términos de sustentabilidad, es mucho más eficiente simplemente comer granos, legumbres y vegetales directamente como cultivo, en lugar de cultivarlos para alimentar a los animales de consumo. Por ello, una alimentación más sustentable es aquella que prescinde o reduce el consumo de productos de origen animal.

 

Cualquier leche vegetal es más sustentable que la de vaca

En el caso de la leche, cada vez más personas dejan de consumir la de vaca, tanto por cuestiones de salud como por conciencia ambiental y por empatía con los animales. Y, de entrada, cualquier leche vegetal es más sustentable que la de vaca. 

 

Al respecto, un grupo de científicos de la Universidad de Oxford, dirigidos por el investigador Joseph Poore, creó una base de datos de más de 10 mil granjas en todo el mundo para estimar el impacto ambiental de las leches de soya, almendras, avena y arroz, en comparación con la de vaca.

 

Su conclusión, que se publicó en la revista Science en 2018, es que no importa cuál leche vegetal elijas, pues la leche de vaca es peor para el medioambiente en todos los indicadores: emisiones de gases de efecto invernadero, uso del agua, uso de la tierra y eutrofización (que se refiere a cómo su producción contribuye al crecimiento excesivo de algas y plantas en las fuentes de agua, debido a la contaminación).

 

Simplemente la producción de 1 litro de leche de vaca requiere el gasto de 628 litros de agua. De hecho, si todas las personas del mundo que toman leche de vaca la cambiaran por leche de soya, por ejemplo, se ahorrarían casi 500 millones de hectáreas de tierra, mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero y 250 kilómetros cúbicos de agua de riego al año: el mismo efecto que si todo el mundo dejara de bañarse durante 1 año.

 

Aunque las variedades de leche vegetal son mejores opciones que la de vaca, éstas también tienen un impacto ambiental y entre ellas hay unas más sustentables que otras

 

Leche de arroz: la peor para el medioambiente en general

De acuerdo con diversas investigaciones, la peor en general para el medioambiente es la leche de arroz, ya que produce la mayor cantidad de gases de efecto invernadero que cualquier otra leche vegetal; se calcula que se producen 1.2 kilogramos de CO2 equivalente por cada gramo de leche de arroz, según los datos de la investigación liderada por Poore. 

 

Eso se debe a que los agricultores inundan los campos de arroz, lo que genera bacterias en el suelo que bombean metano. El arroz también se mezcla con mucha más agua que la mayoría de los granos, lo cual implica un gasto de agua más de 10 veces mayor que el requerido por la leche de soya.

 

La inundación de los campos de arroz conduce además a la eutrofización, aproximadamente cuatro veces más que cualquiera de las otras leches de origen vegetal. Las inundaciones arrastran el fertilizante de los arrozales hacia los ríos y lagos, donde los nitratos y fosfatos provocan un crecimiento excesivo de algas que bloquean la luz solar y extraen oxígeno del agua. Esto crea "zonas muertas" tóxicas y hostiles para la vida acuática.

 

Leche de almendras: la peor para el uso del agua

La producción de almendras requiere mucha más agua que otros alimentos vegetales, por lo tanto, la leche de almendras también tiene una huella hídrica alta. Según los datos de Poore, para obtener 1 litro de leche de almendras se gastan 371 litros de agua

 

Esto se debe a que para lograr los tipos de rendimiento necesarios para satisfacer la demanda mundial de almendras, los agricultores tienen que usar cantidades significativas de agua para regar los almendros. Y aunque sólo se utiliza una pequeña porción de almendras para hacer la leche, los almendros requieren cantidades significativas de agua.

 

Así, la producción de leche de almendras necesita cuatro veces más agua que la de arroz, avena y soya; aunque aun así es una mejor opción que la de vaca, ya que ésta implica el doble de agua que la de almendras. 

 

Pero no todo es malo con esta leche, pues los datos de Poore también muestran que el cultivo de almendras requiere menos tierra que la avena o la soya, y mucho menos tierra que la se utiliza para mantener y alimentar a las vacas lecheras. Además, la leche de almendras tiene el menor impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con las leches de arroz, soya, avena y la de vaca.

 

Leche de coco: la mejor opción de impacto medio

Algunas investigaciones estiman que la producción de leche de coco genera aproximadamente la mitad de las emisiones de CO2 en comparación con la leche de soya, además de que requiere poca agua y energía en comparación con otras bebidas vegetales

 

Los cocos se cultivan en lugares donde no hay escasez de agua y los cocoteros extraen dióxido de carbono del aire, es decir, ayudan a limpiarlo; además, en la mayoría de los casos no se talan árboles para plantar cocoteros.

 

La leche de coco a menudo es criticada porque generalmente viaja largas distancias para llegar al consumidor pues, por ejemplo, en 2019, casi las tres cuartas partes de la producción de cocos se hizo en Indonesia, Filipinas y la India. 

 

Pero si bien hay muchas razones para comprar productos locales, como tener una conexión con los alimentos y apoyar las prácticas agrícolas sostenibles, los gases de efecto invernadero del transporte sorprendentemente no lo son, especialmente en el caso de alimentos no refrigerados que viajan en buques de carga, como los cocos. Entonces, los beneficios de que los cocoteros extraigan CO2 del aire superan el generado por el transporte de los cocos.

 

Leche de soya: lo mejor para el uso del agua y la salud

La leche de soya tiene una de las huellas ambientales más ligeras: requiere la menor cantidad de agua que cualquier leche vegetal (28 litros de agua para producir 1 litro de leche de soya) y tiene el menor impacto en la eutrofización. 

 

La producción de esta leche genera más gases de efecto invernadero que la avena, el coco y las almendras, pero menos emisiones de CO2 que el arroz. También requiere un poco más de tierra que la almendra o el arroz, pero menos que la avena.

 

Como leguminosa, la soya ofrece los beneficios ambientales de la fijación de nitrógeno, lo que significa que es una de las pocas plantas que tienen una relación simbiótica con ciertas bacterias del suelo que convierten el nitrógeno del aire en el alimento que necesitan las plantas, sin el uso de fertilizantes.

 

Otro factor a favor de la leche de soya es que, de las leches vegetales, es la más rica en nutrientes: una taza aporta aproximadamente 6 gramos de proteína vegetal y 4 gramos de grasas insaturadas saludables para el corazón

 

La clave es considerar de dónde proviene la soya. En países sin regulaciones ambientales estrictas, su cultivo puede contribuir a la deforestación y la destrucción del hábitat que impacta negativamente en la biodiversidad. De hecho, Brasil es el segundo mayor productor de soya fuera de Estados Unidos y la deforestación de algunas de esas plantas amenaza la selva amazónica; además, muchas veces la soya se cultiva con demasiados fertilizantes y pesticidas, por lo que es recomendable elegir marcas orgánicas.

 

Leche de avena: la mejor para la salud del suelo

La leche de avena es una gran opción por ser amigable con el medioambiente. Si bien la avena requiere un poco más de tierra para su cultivo que las almendras o el arroz, sus necesidades de agua son escasas, aproximadamente una décima parte de lo que necesitan las almendras. Puede crecer incluso en invierno y se cultiva principalmente con agua de lluvia, por lo que no requiere riego. 

 

La leche de avena también es comparable a la leche de almendras cuando se trata de bajas emisiones de gases de efecto invernadero y produce significativamente menos emisiones de CO2 que la leche de soya.

 

La mayoría de las leches vegetales son el resultado de monocultivos, una práctica agrícola industrial que daña el medioambiente y que implica plantar el mismo cultivo en el mismo suelo año tras año. Los cultivos de avena, por el contrario, tienen muchos beneficios para las tierras agrícolas, como reducir los requisitos de fertilizantes y pesticidas de otros cultivos, diversificar las plantas para alimentar más vida silvestre e insectos, mejorar la salud del suelo y extraer el dióxido de carbono del aire.

 

Sin embargo, algunos expertos en salud han advertido que los productos de avena pueden contener trazas de glifosato, un pesticida tóxico que se ha relacionado con problemas de salud graves. Entonces, cuando compres leche de avena, elige una marca que esté certificada como orgánica o que indique en la etiqueta que su avena no contiene glifosato.

 

En pocas palabras: ¿qué leche vegetal es mejor para el medioambiente?

Una vez que has logrado hacer el cambio de leche de vaca a leche vegetal, es momento de analizar la información disponible para elegir mejor. De acuerdo con los datos presentados, las tres mejores opciones en términos de sustentabilidad son las leches de avena, coco y soya, mientras que las opciones menos sustentables son las de almendra y arroz.

 

Entre las tres alternativas más sustentables, si se añade la variable de lo nutritiva que es, la ganadora es la de soya, pues además de tener un impacto ambiental bajo es la que contiene una mayor cantidad de nutrientes, especialmente proteínas, que son muy importantes en las dietas veganas y vegetarianas.

 

Si la leche vegetal que consumes se encuentra entre las menos sustentables, no te preocupes; piensa que al elegir una leche vegetal en lugar de la de vaca, tanto tu huella hídrica como de carbono y tu impacto ambiental en general se reducen considerablemente. Así que no te agobies demasiado y ve poco a poco en el camino de la sustentabilidad.

 

Foto de portada: Freepik


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