La doctora Carmen Sánchez, del Centro de Investigación de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, ha dirigido a un equipo de científicos en una investigación que logró descubrir un hongo capaz de degradar plástico en 60 horas. Su nombre es Fusarium culmorum y las enzimas detrás de su poder para degradar el PVC o policloruro de vinilo se llaman cutinasas, las cuales usualmente afectan a las plantas degradándolas y dejándolas más vulnerables frente a las infecciones. Por esta razón se le conoce como un hongo fitopatógeno.
Con respecto a cómo los científicos descubrieron que este hongo usualmente nocivo podría tener una utilidad sumamente valiosa para resolver los actuales problemas de basura y contaminación por plásticos, la doctora Sánchez explica:
Los plastificantes se encuentran en las tintas que se usan en las industrias papeleras y como componentes de los adhesivos que se encuentran en los sobres de papel y cajas de cartón. Por ello, tomamos muestras de un lugar donde dicho material estuviera presente, esto fue en una empresa recicladora de papel, y de estas muestras aislamos organismos, dentro de estos encontramos el hongo Fusarium culmorum. Lo anterior partiendo del principio que en este hábitat se estarían desarrollando organismos capaces de degradar plastificantes.
El Fusarium culmorum no es el único hongo que este grupo de investigadores está estudiando; también ha analizado una variedad llamada Pleurotus ostreatus, que es una seta comestible que no logra mineralizar por completo los plásticos ya que, a diferencia del Fusarium culmorum, produce menos cutinasas. No obstante, esta investigación aún tiene mucho que ofrecer pues, de acuerdo con la doctora Sánchez:
Estamos en la primera etapa, en la cual estamos estudiando la potencialidad que representa este organismo como productor de cutinasas; en una segunda etapa tendremos que caracterizar a detalle la enzima para después poder producirla a gran escala empleando técnicas biotecnológicas, esto requiere estudios más a detalle. Lo importante es que ahora ya tenemos el organismo productor de dichas enzimas.
Este descubrimiento es un rayo de esperanza pues los plásticos no sólo contaminan el medio ambiente, afectando la vida de la flora y fauna. Asimismo afectan la salud humana, ya que finalmente estamos anclados al ciclo de la vida terrestre. La maleabilidad del plástico ha hecho que lo usemos para producir todo tipo de objetos; sin embargo, su degradación puede llevar hasta 100 años, de tal manera que las grandes cantidades de plásticos que desechamos a diario se han vuelto un motivo de preocupación ambiental y general. Quizá este pequeño hongo pueda hacer una gran diferencia en un futuro cercano. Si te interesa saber de qué forma puedes hacer una contribución al medio ambiente, puedes ver lo que escribimos para ti.
Con información de Conacyt Prensa