Actualmente hay una tendencia hacia el orden y la limpieza, lo cual es bueno. Por un lado, expertos como Marie Kondo te enseñan a poner orden en tu casa al deshacerte de todo lo que ya no sirve; y por el otro, diversos terapeutas y gurús te muestran el camino para hacer una limpieza de ideas y emociones basada en el desapego.

Ahora que la tecnología está presente en todos los ámbitos y que el mundo digital forma parte de la vida cotidiana, ¿no crees que sería bueno hacer lo mismo en ese espacio virtual, donde las personas pasan, comparten y almacenan gran parte de sus vidas?

Si eres de los que mantienen la pulcritud en las pantallas de inicio del celular y la computadora y te deshaces de archivos y correos en cuanto dejan de ser necesarios, ¡felicidades!, lo estás haciendo muy bien. 

Pero si eres como la mayoría de las personas, que guarda correos (leídos o no) desde hace años, o si conservas cada fotografía que tomas, cada imagen que descargas y todos y cada uno de los memes que te mandan tus amigos, entonces no debes dejar de leer esto, porque te urge hacer una limpieza digital para poner orden en tu espacio virtual. 

Tus correos olvidados afectan al planeta

La limpieza digital va más allá del bienestar y el desapego. Aunque es importante y necesaria para estos menesteres, también lo es para contribuir con la conservación de medioambiente porque, aunque no lo creas, esas decenas o centenas de correos que tienes olvidados en tu bandeja de entrada tienen un impacto ecológico, ya que incrementan tu huella de carbono (cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que produce el ser humano al realizar sus actividades diarias; se expresa en toneladas de CO2 emitidas). 

¿Sabías que por cada correo electrónico se generan 10 gramos de CO2 al año? Si lo multiplicas por todos los mensajes guardados que tienes, la cifra crece considerablemente, y si tomas en cuenta que cada día se envían alrededor de 293 mil millones de emails, la cantidad de CO2 generada a partir de esta actividad se vuelve abrumadora. Lo peor de todo es que se calcula que el 90% de los correos recibidos son spam y hasta el 80% nunca son abiertos.

La contaminación digital ha aumentado tanto que actualmente es incluso mayor que la ocasionada por la aviación civil. Una empresa integrada por 100 personas genera cada año, sólo por el envío, recepción y almacenamiento de correos electrónicos, alrededor de 13.6 toneladas de CO2, lo que equivale a la contaminación provocada por 14 vuelos ida y vuelta de París a Nueva York.

Pero, ¿a qué se debe que el correo electrónico sea tan contaminante? La razón está en que todos esos correos que se quedan en tu bandeja de entrada se encuentran almacenados en centros de datos que se mantienen encendidos todo el tiempo, por lo que gastan energía continuamente, y para evitar su sobrecalentamiento requieren un gasto de energía adicional, ya que deben ser enfriados continuamente (el 40% de la energía que consumen se destina al enfriamiento de los servidores). 

Debido al creciente número de usuarios de internet y a la cantidad cada vez mayor de información que se comparte en medios digitales, es necesario que existan más y más centros de datos. Por si esto fuera poco, el gasto energético se multiplica debido a que las compañías proveedoras de servicios digitales se encargan de respaldar cada correo, es decir, todos ellos están duplicados para protegerlos en caso de que algún centro de datos sufriera algún daño que le hiciera perder la información que almacena. 

Hora de limpiar el mundo digital

Para reducir tu huella de carbono en lo que al uso de medios digitales se refiere, lo ideal es que realices una limpieza continua (de preferencia diaria) de tus cuentas de correo electrónico. De esta manera puedes desechar los mensajes que no te sirven o no te interesan, así como deshacerte de aquellos que con el tiempo dejan de ser necesarios. Seguro que después de la limpieza tu bandeja se quedará sólo con unos cuantos mensajes, si no es que con ninguno.

Si hacerlo manualmente te parece una labor imposible por la gran cantidad de mensajes que tienes, lo que puedes hacer es echar mano de las aplicaciones que te ayudan a realizar esta limpieza de forma automática. 

Una de ellas es Cleanfox, una startup francesa lanzada a finales de 2016, que te ayuda a eliminar fácil y rápidamente los correos que ya no necesitas. Además, la aplicación dedica una parte de sus ingresos a la siembra de árboles en Zambia, a través de la organización internacional WeForest (hasta ahora se han plantado 15 mil árboles). 

Hasta la fecha, Cleanfox ha sido utilizada por más de 2.7 millones de personas, cada una de las cuales ha reducido sus emisiones en 11 kilogramos de CO2. La aplicación está disponible para su uso en escritorio y en su versión móvil para iOS y Android.

Ahora bien, el problema no sólo está en el correo electrónico sino en todos los medios digitales, especialmente las redes sociales, donde cada día se comparten millones de mensajes, fotos, archivos de audio y videos, que también ocupan espacio en esos centros de datos. 

En este caso, la recomendación es hacer un uso consciente de las redes sociales, al compartir solamente aquello muy relevante para ti y tus contactos. En este sentido, evita subir las 300 fotos de tu viaje; en lugar de eso, haz una selección objetiva y consciente para quedarte solamente con aquellas que en verdad evoquen lo que viviste en esa experiencia y guardarlas en tu disco duro de uso personal. Luego, elige las dos o tres más representativas y significativas y compártelas en tus redes. Así evitarás usar espacio para 600 fotos (recuerda que se duplican) y sólo tendrás cuatro o seis en el mundo virtual.  

Y cuando tengas tiempo, ponte a revisar el historial de los años previos en las redes sociales que usas. Te darás cuenta de que hay mensajes y publicaciones que ya no tiene sentido conservar, así que lo mejor es que los borres, tanto para dejar ir esas situaciones como para reducir el uso que haces del espacio virtual en los servidores.

Con información de El País