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Los increíbles beneficios para el cerebro de los ayunos intermitentes

Julio 15, 2016

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Los individuos modernos toman por sentado que se debe comer tres veces al día o incluso más con snacks entre comidas. Esto no necesariamente responde al conocimiento científico, especialmente en lo que se refiere a las condiciones ideales para el funcionamiento del cerebro y evidentemente también en el caso de personas que padecen de enfermedades como la obesidad. Se trata sobre todo de una costumbre que favorece el consumo.

 

En este sentido resulta ilustrativo conocer el trabajo del Dr. Mark Mattson, pionero en el estudio de los ayunos intermitentes e investigador de Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. El  Dr. Mattson no sólo ha realizado importantes estudios que revelan los beneficios de los ayunos intermitentes para el cerebro y la salud en general sino que él mismo los ha practicado por varios años con notables resultados.

 

El ayuno intermitente es básicamente establecer una dieta en la cual se deje de consumir alimentos por más de 16 horas con cierta periodicidad. Uno de los esquemas que se ha implementado es comer solamente en una ventana de tiempo de 8 horas durante el día, por ejemplo, consumir todos los alimentos de 11 am a 7 pm y ayunar el resto del tiempo. Otra forma es ayunar un día a la semana.

 

Esta dieta está inspirada en lo que ocurre cuando el cuerpo deja de comer por más de doce horas. Cuando consumimos un alimento, la energía de la comida se almacena en el hígado como glucógeno. El consumo de esta forma de glucosa tarda cerca de 12 horas y una vez que se agotan las reservas entonces se empiezan a quemar grasas y se producen cetones (o ketones) los cuales son muy buenos para el cerebro, ya que proveen una especie de combustible para la formación de conexiones neurales. El estado en el que el cerebro utiliza los cetones como combustible es altamente benéfico para personas que padecen epilepsia --los ayunos eran utilizados para tratar estas enfermedades hace 2,500 años. Además esto incrementa la producción de mitocondrias en las células nerviosas --lo cual mejora la cognición-- y promueve la reparación celular.

 

El Dr. Mattson explica que el ayuno intermitente funciona similar al ejercicio y de hecho tienen beneficios parecidos.  El ayuno coloca al cerebro en un estado de estrés moderado equivalente a un evento que lo coloca en un reto, y por el cual se activan patrones de adaptación al estrés. Este estado de reto incrementa lo que se conoce como factores neurotróficos o neurotrofinas, una familia de proteínas que promueven la sinaptogénesis y la neurogénesis, es decir, mejor las conexiones y ayudan al crecimiento de neuronas. En cierta forma el ayuno intermitente genera los mismos beneficios que someter al cerebro a retos como tocar un instrumento musical o aprender un idioma nuevo.

 

Algunos estudios con animales han encontrado que cuando se encuentran en un estado de ayuno su cerebro está más activo probablemente porque se activa un mecanismo de respuesta que les permite justamente buscar comida cuando no la tienen. Este comportamiento realizado consistentemente refuerza este estado mental y mantiene sano el cerebro

 

Según el Dr. Mattson los ayunos intermitentes tienen especiales beneficios para prevenir enfermedades neurodegenerativas pero también ayudan a prevenir la diabetes y en general sirven para contrarrestar la inflamación y mejorar la cognición.


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