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¿Amas las quesadillas pero eres intolerante a la lactosa? ¡buenas noticias!

Julio 09, 2016

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La intolerancia a la lactosa básicamente significa que el cuerpo no puede digerir la lactosa que es un tipo de azúcar natural en la leche y otros productos lácteos. Si esta se mueve por el intestino grueso sin haber sido digerida apropiadamente entonces puede ocasionar síntomas como dolor de estómago, inflamación y gases. Si sospechas que puedes ser intolerante a la lactosa hay varios mitos que te conviene conocer y desacartar.

 

1. La intolerancia a la lactosa  y la alergia a la leche son lo mismo. 

Esto es falso. La intolerancia a la lactosa se refiere a los síntomas gastrointestinales provocados por consumir lactosa, debido a que el cuerpo no produce una cantidad suficiente de una enzima llamada lactasa. Por otro lado la alergia a la leche es una reacción a una o varias de las proteínas de la leche que activan una respuesta en el sistema inmunológico.

 

2. Se puede diagnosticar la intolerancia a la lactosa únicamente a través de los síntomas. 

Esto es falso, ya que sin realizar las pruebas necesarias no es posible saber si los problemas digestivos son causados por la lactosa, una aversión aprendida u otro problema gastrointestinal.  Dos métodos comunes en este sentido son la prueba de sangre para intolerancia a la lactosa y la prueba de hidrógeno en el aliento. Así que si sospechas que puedes tener esta intolerancia lo mejor es que acudas a un especialista para realizarte las pruebas y asegurarte. Ya que  un diagnóstico erróneo de indigestión de lactosa puede llevar a restricciones innecesarias en la dieta e ignorar otro tipo de desorden gastrointestinal. 

 

3.  Si te diagnostican indigestión de lactosa significa que te volverás intolerante a la lactosa.

La cantidad de lactosa que cada persona tolera es diferente. De tal manera que  los síntomas asociados y que son similares a los de la intolerancia a la lactosa dependerán de cuánto se haya consumido u otros factores como las actitudes culturales con respecto a la leche. Aunque resulte sorprendente la mayoría de las personas que sufren de una indigestión de lactosa no son intolerantes a ella clínicamente. 

 

4.  Todos los intolerantes a la lactosa presentan los mismos síntomas.

No, los síntomas y su severidad variarán en cada persona.  Algunos intolerantes no podrán consumir nada y otros podrán comer o beber ciertas cantidades de algunos productos lácteos sin presentar problemas. Uno de los retos de los pacientes es descubrir qué tipo de alimentos pueden consumir sin mayores repercusiones, así como las porciones más adecuadas para ellos. 

 

5. Las personas con intolerancia a la lactosa deben dejar la leche y otros productos lácteos. 

La mayoría de los intolerantes a la lactosa no dejan por completo la leche u otros lácteos porque muchos de ellos pueden consumir hasta 10 gramos de lactosa al día, es decir el equivalente a un vaso de leche, sin tener molestias. De tal manera que no se trata de establecer una abstinencia total sino de consumir estos productos con moderación. Otras opciones para los intolerantes a la lactosa es consumir  yoghurt, especialmente si contienen probióticos y quesos como el cheddar, suizo y parmesano. Ya que durante el proceso de elaboración de estos quesos la mayoría de la lactosa es drenada junto con el suero de la leche.  Así que si no concibes la vida sin tus quesadillas, quizá sólo sea una cuestión de cambiar el tipo de queso y no excederte con las porciones. 

 

Con información de Milk Means More


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