Asistir a terapia es una decisión personal que puede ser motivada por una serie de factores. Cada persona tiene los suyos, por eso es importante recurrir a la terapia que mejor complementa nuestros intereses personales. Creamos una serie de textos que te ayudarán a elegir el mejor tipo de terapia para ti, esta vez te contaremos sobre la terapia sistémica.
La terapia sistémica comprende las problemáticas de los pacientes como una parte de un contexto, por eso busca modificar las dinámicas familiares, laborales, y de cualquier otro tipo de relación, de manera que el comportamiento de la persona sea saludable, ¿por qué? De acuerdo con este tipo de disciplina terapéutica, las disfunciones, trastornos y enfermedades son una expresión de alteraciones en las interacciones, comunicaciones y tipos de relaciones que mantiene el paciente.
En la práctica de la terapia sistémica se pone especial atención a la relación y comunicación que existe entre los miembros de cualquier grupo, entendido como un sistema. Mismo enfoque que se aplica para las personas como individuos que requieren de un contexto para definir su composición. Es por eso que durante la terapia, el terapeuta se centra también en la familia, el trabajo, los amigos y demás sistemas a los que pertenece el individuo en cuestión. Tanto que para este enfoque, toda la dificultad psicológica tiene que ver con una perturbación en las comunicaciones interpersonales.
La perspectiva de la terapia sistémica es holística e integral, con especial prioridad a las relaciones del paciente y lo que emergen a partir de ellas. Por eso, puede aplicarse a cualquier disciplina. Por ejemplo, en centros educativos, empresas, terapias familiares, etc. Sin embargo, se distingue de esta última pues su foco de atención principal no es sólo la familia, sino cualquier forma de sistema que rodea al paciente. Otros puntos importantes sobre esta terapia son:
El pasado es importante en la medida en que se relaciona con el presente, pero esta terapia no se concentra en el recuerdo.
La patología no depende del individuo, sino del contexto que lo ha debilitado.
Más que indagar en los motivos detrás de un conflicto, la terapia sistémica propone soluciones reales y presentes.
En terapia se evaluarán las relaciones del paciente y se probarán nuevas formas de interacción. No con la finalidad de cambiar a las personas, sino de conseguir una nueva perspectiva sobre ellas que beneficie al paciente.
La terapia sistémica es especialmente apropiada para orientar los procesos de comunicación e interacción de la persona que busca comprender su entorno y el contexto al que pertenece.
El resto de los textos de esta serie puedes consultarlos en terapia Gestalt, cognitivo-conductual y EMDR.
Fuentes: