¿Qué es la muerte? ¿Ha vida después de  la vida? ¿Qué ocurre con nuestra consciencia cuando morimos? La humanidad ha enfrentado estas preguntas durante eras y en la antigüedad hubo hombres que contaron historias sobre viajes al inframundo.  A pesar de que los tiempos han cambiado y contamos con mayor conocimiento científico y desarrollo tecnológico estas interrogantes siguen vigentes. Ya que casi todos nos hemos preguntado por lo que hay en el más allá, responder a estas preguntas puede parecer imposible. Pero ¿qué pasaría si contáramos con el testimonio de personas actuales que efectivamente han viajado al inframundo? Este tipo de experiencias llevan el nombre de experiencias cercanas a la muerte y en palabras del doctor holandés Pim van Lommel y autor de “Consciencia más allá de la vida”:

“Una experiencia cercana a la muerte, o ECM, es la remembranza de todas las impresiones obtenidas durante un estado especial de consciencia, que incluye algunos elementos específicos, tales como ver un túnel, una luz, un repaso panorámico de la vida, personas que han muerto, o incluso la propia reanimación. Este estado especial de conscienciapuede ocurrir durante un paro cardiaco, es decir, durante un periodo de muerte clínica pero también durante el trascurso de una larga enfermedad  o sin ninguna causa médica aparente”. 

De acuerdo a las investigaciones efectuadas al respecto por psicólgos, psiquiatras, médicos y tanatólogos estas experiencias le pueden ocurren a cualquier tipo de persona, independientemente de sus creencias religiosas o de si se considera espiritual. Además estas experiencias suelen impactar fuertemente su manera de ver la vida. De acuerdo a van Lommel:

“La experiencia casi siempre trae cambios fundamentales y longevos en la actitud de  las personas sobre la vida y la pérdida del miedo a la muerte”. 

Sin embargo el doctor holandés especifíca que el concepto de la vida y la muerte, la religión o la espiritualidad sí tienen un efecto en cómo las personas se explican a si mismas lo que les ha pasado: 

“Como la experiencia es sumamente subjetiva y no tiene ningún marco de referencia, otros factores tales como las percepciones individuales, culturales y religiosas determinan la forma en la que se describe e interpreta. Un niño usará palabras diferentes que un adulto y la descripción de un cristiano o su interpretación diferirá de la de un budista o un ateo”. 

En  todo caso las experiencias cercanas a la muerte aún son un tema de controversia en la comunidad médica. Ya que admitirlas como reales reta las ideas que hasta ahora hemos tenido sobre la consciencia, su relación con el cuerpo y quizá incluso nuestra propia naturaleza como seres humanos.  Pues contienen una serie de elementos trascendentales o místicos que obligan a las personas a ir más allá de la visión materialista que domina nuestros tiempos.  Sin embargo el Dr. Van Lommel ha concluído que:

“(El) conocimiento sobre las experiencias cercanas a la muerte puede ser de gran importancia práctica para los trabajadores de la salud, los pacientes terminales y sus familias. Las ECMs son mucho más comunes de lo que previamente se ha asumido y más profundas de lo que los doctores, enfermeras o familiares se podrían imaginar. Apertura, simpatía y apoyo adecuado ayuda a que quienes han tenido una experiencia cercana a la muerte, puedan aceptar e integrar dicha experiencia… Continuar el mejoramiento de la calidad de los servicios de salud no sólo depende de los avances técnicos y médicos, sino de la compasión por los pacientes como individuos y de sus familiares”. 

Quizá el poeta T. S. Elliot tenía razón cuando dijo que  “Vale la pena morir, para descubrir qué es la vida”, pues la mayoría de las personas que tienen una ECM pierden el miedo a la muerte y desarrollan una fuerte conexión con su lado espiritual. Encontrando mayores satisfacciones en su vida y logrando efectuar cambios que coadyuvan a su desarrollo integral. 

Con información de “Consciousness beyond life” de Pim van Lommel.