La salud mental y física están intrínsecamente conectadas, y es esencial recordar que la salud emocional es una pieza crucial para nuestro bienestar general. Al igual que después de un ejercicio físico intenso sentimos dolor muscular, el equivalente cognitivo sería experimentar estrés crónico durante un periodo prolongado. Si no hay tiempo de recuperación, nuestro cerebro choca contra un muro y nuestras capacidades intelectuales se agotan.

¿Qué es el agotamiento mental?

El agotamiento mental se define como un estado de fatiga significativa, que afecta negativamente los procesos cognitivos debido a un estado de estrés prolongado, el cual es ocasionado por factores que pueden ser internos, como mantener tendencias perfeccionistas o tener demasiadas expectativas en medio de la incertidumbre, o externos, como lidiar con demasiadas responsabilidades, cambios importantes en la vida, conflictos y otros problemas o situaciones que causan afectaciones emocionales o de salud mental.

Síntomas del agotamiento mental

Los síntomas del agotamiento mental pueden manifestarse física, mental y emocionalmente. Algunos de estos síntomas incluyen:

- Signos físicos: dolores de cabeza, tensión muscular, dificultades para dormir, fatiga y letargo.

- Signos mentales: pensamientos dispersos, dificultad para concentrarse, sentimientos de tristeza y preocupación.

- Signos emocionales: sentirse abrumado, ansiedad, desmotivación y estar constantemente al límite.

¿Qué puede causar el agotamiento mental?

El agotamiento mental ocurre cuando el descanso no es proporcional a la energía emocional y mental que se gasta durante el día. Las causas crónicas del agotamiento mental incluyen ansiedad ocasionada por situaciones externas y fuera de nuestro control, las obligaciones laborales que nos rebasan, las preocupaciones financieras, responsabilidades domésticas y ciertos eventos importantes en la vida que rompen nuestra rutina y estabilidad.

Consejos para manejar el agotamiento mental

1. Limita el uso de redes sociales y reduce el tiempo que pasas frente a las pantallas, especialmente durante la noche.

2. Establece una rutina nocturna, procura dormir siempre a la misma hora y haz las adecuaciones necesarias a tu habitación para poder dormir y descansar bien.

3. Toma descansos intencionados y relajantes a lo largo del día, especialmente si pasas sentado la mayor parte del tiempo; procura hacer pausas para levantarte, caminar un poco y hacer algunos ejercicios de estiramiento.

4. Dedica tiempo diario al autocuidado y a las actividades que te provocan alegría, satisfacción, bienestar, tranquilidad y felicidad. Cuida de ti, de tus relaciones y haz más de aquello que te llena y te hace sentir que estás viviendo la vida en plenitud.

5. Realiza una lista de tareas pendientes y ordénalas según su nivel de prioridad; así no te sentirás abrumado, pues sabrás en qué debes enfocarte primero y qué otras cosas pueden esperar para más tarde o incluso para otro día.

6. Reduce los factores estresantes en tu vida; recuerda que hay muchas cosas que están fuera de tu control, así que enfócate en aquello que está en tus manos hacer o solucionar y evita preocuparte por todo lo que sale de tu alcance.

Aunque es fácil ignorar el agotamiento mental en el momento, puede tener efectos debilitantes a largo plazo. No tienes que sentir que siempre estás en un estado emocional de desánimo; las cosas pueden mejorar incorporando rituales en tu horario donde no tengas que estar "activo" y puedas simplemente ser. Prestar atención a tu estado emocional en toda su complejidad y centrarte en el autocuidado preventivo ayudará a mejorar tu salud mental.