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Conoce las hormonas del estrés y la forma en que actúan

Diciembre 28, 2018

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Cuáles son las principales hormonas relacionadas con el estrés

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  • El efecto de estas hormonas en el organismo

Mucho se habla del estrés y de la forma en que afecta el bienestar de las personas que lo padecen, pero ¿te has preguntado qué mecanismos se desencadenan en tu cuerpo cada vez que te enfrentas a una situación estresante?

 

Para empezar, es necesario entender que el estrés consiste en una reacción fisiológica del organismo ante una amenaza. En el caso de los animales, les ayuda a huir o prepararse para luchar cuando detectan una amenaza, ya sea un depredador o un animal que ponen en peligro su territorio, a su manada o a sus crías. 

 

En el caso de los humanos es muy similar, ya que es algo que te permite estar alerta y reaccionar de la mejor manera en distintas situaciones, como los momentos de peligro. El problema sucede cuando dicho estado de estrés, que debería ser esporádico, se convierte en parte de tu día a día.
 
 

Las maneras en las que una persona puede responder frente a una situación estresante son muy diversas, ya que dependen mucho de la personalidad, el carácter y la forma de reaccionar de cada uno. Sin embargo, existen una serie de procesos y reacciones fisiológicas comunes a todas las personas. 

 

Estas reacciones vienen desencadenadas por una serie de efectos producidos por las hormonas, pues así como existen las hormonas de la felicidad, también están aquellas relacionadas con el estrés.

 

La principal estructura relacionada con los estados y respuestas de estrés es el sistema neuroendocrino, el cual se activa ante la aparición de acontecimientos o situaciones estresantes para acelerar el funcionamiento de las glándulas adrenales. Esto provoca una reacción en cadena en la que las distintas hormonas afectan el funcionamiento corporal. 

 

Cortisol. Es la hormona del estrés más conocida. Ante circunstancias estresantes o de emergencia, el cuerpo produce y libera grandes cantidades de esta hormona, la cual sirve como detonante para responder a dicha situación de forma rápida y hábil.

 

El cortisol se encarga de la descarga de glucosa en sangre, la cual genera una gran cantidad de energía en los músculos, que pueden así moverse con mayor rapidez y ofrecer una respuesta al estímulo mucho más inmediata. Cuando el elemento estresante desaparece, los niveles de cortisol se restauran y el organismo vuelve a la normalidad.

 

Cuando el estrés se vuelve crónico, el exceso de cortisol genera un desequilibrio hormonal que puede ocasionar síntomas como irritabilidad, cambios de humor, fatiga, dolores de cabeza, palpitaciones, hipertensión, pérdida o aumento del apetito, afecciones gástricas, dolor muscular y calambres.

 

Glucagón. Esta hormona se sintetiza mediante las células del páncreas y su principal función se centra en el metabolismo de los carbohidratos, al dejar que el hígado libere glucosa en los momentos en los que el cuerpo la necesita, ya sea por una situación estresante o porque los niveles de glucosa en sangre son bajos.

 

Ante una situación de emergencia o estrés, el páncreas libera grandes dosis de glucagón al torrente sanguíneo para cargar de energía al cuerpo. Este desequilibrio hormonal, aunque útil en situaciones de amenaza, puede resultar peligroso en personas que padecen algún tipo de diabetes.

 

Prolactina. Esta hormona es más conocida por su relación con la producción de leche materna, pero sus niveles pueden verse afectados ante situaciones de estrés que se prolongan en el tiempo, lo cual desemboca en hiperprolactinemia.

 

La hiperprolactinemia consiste en un incremento de los niveles de prolactina en sangre, lo cual inhibe la liberación de hormonas hipotalámicas encargadas de la sintetización de estrógenos. Como consecuencia, la inhibición de las hormonas sexuales femeninas acarrean en la mujer la reducción de los estrógenos, alteraciones menstruales, e incluso falta de ovulación.

 

Hormonas sexuales. Ante circunstancias estresantes, el funcionamiento normal de las hormonas sexuales conocidas como testosterona, estrógenos y progesterona se ve afectado.

 

La testosterona, hormona sexual masculina, disminuye ante el estrés, y cuando éste se vuelve crónico, la persona puede experimentar problemas sexuales como impotencia, disfunción eréctil o falta de deseo sexual, además de cambios de humor, fatiga y cansancio constante, problemas para conciliar el sueño e insomnio.

 

Mientras que en un estado normal, los estrógenos ejercen una función protectora ante los efectos del estrés, cuando éste es demasiado y se prolonga por un buen tiempo, hace que disminuya la liberación de estrógenos, lo que perturba el funcionamiento sexual normal de la mujer. 

 

La progesterona se produce en los ovarios y entre sus muchas funciones se encuentra la de ajustar el ciclo menstrual e intervenir en los efectos de los estrógenos, para que éstos no sobrepasen su estimulación de crecimiento celular. Cuando una mujer se ve sometida a situaciones o contextos estresantes durante mucho tiempo, la producción de progesterona disminuye y esto ocasiona síntomas como fatiga extrema, aumento de peso, dolor de cabeza, alteraciones en el humor y falta de deseo sexual.

 

El funcionamiento de estas hormonas en relación con el estrés deja claro que en el organismo todo está conectado y que los procesos emocionales y mentales tienen también efectos físicos. Así, para lograr el bienestar integral es importante atender todos los aspectos que conforman a un ser humano: cuerpo, mente, emociones y espíritu. 

 

Con información de Psicología y Mente


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