Existen días buenos y días que no lo son tanto. Algunas veces puedes enfocar tu energía en cosas positivas y en decirte a ti mismo todo lo bueno que mereces, pero por una u otra razón, la mayoría del tiempo la naturaleza del ser humano parece indicarle aquellas fallas o cosas que no son tan buenas.

 

Esa constante voz en la cabeza parece un freno en vez de algo alentador. Incluso hay personas que debido al autosabotaje se pierden grandes experiencias en la vida, lo cual les impide ver lo increíbles que son.

 

El simple hecho de que estés vivo, de que respires y tengas ganas de intentar salir adelante un día más, te hace parte de cientos de miles de años de evolución, y es momento de que te lo creas y lo tomes en cuenta cada minuto de tu vida.

 

Sin importar de dónde seas, lo que hagas, cómo te vistas o lo que pienses, tu existencia es hermosa, tiene un propósito y el primero que debe valorarla eres tú. Aquí encontrarás razones que deberás repetirte diariamente para convertirlas en un hábito, hasta que tú mismo te las creas y te sientas merecedor de ellas.

 

Tu fortaleza

Has sobrevivido a todos los desafíos que la vida te ha lanzado, y vaya que han sido muchos. Has hecho todo lo posible en cada situación, sin importar en dónde te encontrabas en ese momento de tu vida, de dónde venías y los recursos que tenías a tu disposición.

 

Has vuelto a levantarte después del fracaso y el rechazo. Podrías haberte rendido cuando te despidieron o renunciar a ese trabajo que te hacía infeliz, pero te lamiste las heridas, lo superaste y te volviste a poner ahí afuera.

 

Has perdonado, la máxima prueba de la fuerza propia. Puede que no estés listo para perdonar a todos los que te lastimaron, pero lo has hecho antes, aunque fue difícil. De igual manera te has disculpado; no es fácil admitir errores, pero lo has hecho. Has asumido tu parte, has reconocido el dolor causado y has prometido hacerlo mejor en el futuro.

 

Eres alguien sumamente fuerte, con cada pequeña acción has hecho grandes diferencias en tu vida, y es tiempo y hora de darte cuenta de ello. No minimices nunca más tu fuerza, la fuerza que llevas dentro de ti; aquella que te hace continuar y perseguir tus sueños.

 

Tu amabilidad

Tienes buenas intenciones. A veces haces cosas incorrectas, pero tu corazón generalmente está en el lugar correcto. Has hecho en muchas ocasiones que alguien más se sienta apreciado, probablemente sin darte cuenta, cuando escuchas, entiendes o simplemente cuando eres considerado y amable.

 

Haces reír a la gente, tal vez incluso con tu propia risa. Cuidas a las personas que amas; cuando alguien te importa, te esfuerzas porque esa persona se sienta amada y respaldas sus acciones. La sonrisa es otro de tus fuertes; con ella puedes alegrar el día de cualquiera, aunque para ti pueda parecer insignificante. 

 

Recuerdas las cosas importantes, o al menos algunas de ellas. Le preguntas a la gente cómo están, si ya comieron o si necesitan algo de ti. Puede que no siempre obtengas una respuesta honesta, pero estás dispuesto a recibirla.

 

Tu personalidad

Tienes muchas cualidades positivas, te des cuenta o no. Tal vez seas aventurero, valiente, creativo o confiable, o todo lo anterior. Cuando te apasiona algo, ya sea tu trabajo, un pasatiempo, un sueño para el futuro o tu familia, esa pasión es admirable y contagiosa.

 

Tienes peculiaridades únicas que te hacen interesante, entrañable y divertido. Quizá te apasiona el cine de arte, hablas con tus plantas o coleccionas algo extraño; sea lo que sea, te hace único, especial y maravilloso. Tienes un gusto ecléctico y probablemente le hayas presentado a otras personas muchas cosas que han llegado a disfrutar: bandas, películas, libros, restaurantes y más.

 

Eres maravillosamente desordenado, como todos los seres humanos, y tus emociones te dan empatía, profundidad y muchos otros dones que tal vez ni siquiera reconoces. Eres creativo a tu manera y eso no es raro ni está mal. ¡Es increíble!

 

Tienes una voz que ha tranquilizado a alguien; aunque sea chillona, ruidosa, baja, suave o grave, siempre existirá alguien que amará escucharte, escuchar tus anécdotas y tus palabras. Eres realmente fascinante. Sólo piensa en todos los pensamientos extravagantes, complejos y locos que pasan por tu mente todos los días.

 

Lo que han visto tus ojos

Has acumulado una gran variedad de experiencias que te han dado una visión y una perspectiva única. ¡Nadie más ve el mundo exactamente como tú!

 

Has sanado y crecido a través de todos tus altibajos, te has vuelto más fuerte y más sabio cada día. Has hecho algunas cosas interesantes en tu tiempo. Has vivido y experimentado un poco de todo, sea pequeño o grande. Has aprendido qué es lo que te importa a lo largo de los años y has hecho todo lo posible para honrar esas cosas.

 

Comenzaste de nuevo cuando era difícil, ya sea en una nueva dirección, un nuevo trabajo, una nueva ubicación o una nueva relación. Has encontrado y/o creado oportunidades para ti mismo, y posiblemente en campos en los que no es fácil entrar.

 

Eres un adulto. Te has alimentado, has lavado tu propia ropa y limpiado la casa, has pagado tus facturas y has hecho muchas otras cosas responsables, incluso cuando hubieras preferido acostarte debajo de una manta para comer cereal de un tazón de gran tamaño como cuando eras pequeño.

 

Has construido un cofre del tesoro con recuerdos asombrosos a lo largo de los años y los reconoces por el oro que son. Eres el coprotagonista de los recuerdos favoritos de muchas otras personas.

 

Has llegado a donde estás ahora. Y aquí estás, fuerte, amable, únicamente tú y digno de celebrar. Ámate y honra todo lo que has hecho para llegar hasta aquí. 

 

Con información de Tiny Buddha

 

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