Mayo 04, 2016
Parafraseando a León Tolstoi, todas las familias felices se parecen, pero las familias infelices lo son cada una a su manera. Esta misma afirmación podría aplicarse no sólo a las familias, sino también a las personas. La mayoría de las personas felices pueden resultarnos parecidas, ¿en qué consiste ese parentezco? ¿qué tienen en común las personas felices?
Son generosas
Procuran y cultivan la generosidad. No, no se trata de que sean caritativos o hagan grandes donativos, sino de pequeños actos de generosidad, como ayudar a algún extraño en la calle, compartir el postre, llevarle sopa caliente a un amigo enfermo, etc.
Saben que el dinero no lo es todo
Las personas más felices son las que han aprendido el verdadero valor del dinero y lo ven como un medio y no como un fin. Estas personas se preocupan más por acumular experiencias que ceros en sus cuentas de banco.
Cuidan de su salud
Una característica que casi todas las personas felices comparten es que realizan ejercicio periódicamente e intentan llevar una vida saludable. Disfrutan la comida y las fiestas pero no se dejan llevar por los excesos.
Tienen una vida espiritual
No se trata de practicar alguna religión, si no de estar en contacto con el propio espíritu y sus necesidades. Lo que se llama cultivar el alma. La mayoría de las personas felices también son profundamente espirituales.
Saben hacia dónde van
Tienen metas personales que no están basadas en la competencia sino en los deseos y aspiraciones propias. Trabajan duro para alcanzar sus objetivos pero jamás caen en la tentación de compararse con la gente que los rodea.