Cualquier evento traumático o situación estresante que experimentemos a lo largo de nuestra vida, pueden marcarnos de para siempre. Y es que las nuevas investigaciones científicas sugieren que ambos fenómenos suelen ser heredados generación tras generación gracias a cambios genéticos que afectan el ADN, incluso, cuando algunas generaciones no han sido expuestas directamente al mismo trauma o tensión que sus antepasados. Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de la Universidad de Zúrich, han demostrado que, efectivamente, existe la transmisión del trauma de padres a hijos, e incluso a nietos. No obstante, advierten que proporcionar un ambiente sano puede revertir algunos de los cambios epigenéticos que ocurren después del trauma original, dejando a las futuras generaciones libres de posibles efectos, los cuales podrían incluir condiciones neuropsiquiátricas o el desarrollo de adicciones.
Son miles los genes que afectan y modifican nuestra capacidad de respuesta a cierto nivel de estrés. Los investigadores suizos centraron su atención en el gen receptor de glucocorticoides (GR), este se une a hormonas del estrés como la cortisona, y desempeña un papel en el cierre rápido de la respuesta de nuestro cuerpo a éste. Ayudando también, a adaptarse a largo plazo al desarrollo de ciertas conductas de confrontación dentro del ambiente social.
Existe una reacción química llamada metilación, y durante la misma, el grupo metilo se añade al ADN. La metilación se puede producir en cualquier momento de nuestra vida. Pero si hay algún trauma, conduce una diminución rápida de la metilación y esta afecta a las células germinales (esperma u óvulos), los cuales producen cambios que son transferidos a la descendencia. La disminución de la metilación, permite que el gen GR sea más activo y por lo tanto produce un cierre lento de la respuesta al estrés.
Pero no todo está perdido para nuestras futuras generaciones, pues algunos de estos efectos intergeneracionales, pueden ser detenidos si los hijos y futuros padres crecen en ambientes amigables. De esta manera, existe un enriquecimiento e incremento de la metilación de algunas partes del gen GR, tanto en espermatozoides como en los óvulos, así como en el hipocampo. No obstante, los investigadores no logran saber si estas partes son exactamente las que regulan la expresión del gen GR.
Aunque este estudio ha mostrado que existen factores como el estrés traumático en la vida temprana, así como la exposición de un ambiente sano durante la edad adulta, que puede modificar el gen GR. Pero se requieren más investigaciones para conocer si realmente las alteraciones del medio ambiente puedan deshacer los efectos del trauma. Lo que sí es ya bien conocido, son todas aquellas aptitudes y habilidades positivas que podemos generar dentro del ambiente familiar y social, puede esta forma estamos garantizando la disminución de posibles traumas o generaciones de estrés que pueda adquirir nuestro ADN y transmitirlo a las futuras generaciones. Por esta razón, es preciso sentirnos bien con nosotros mismos y así estar en armonía con aquellos que nos rodean.
¿Consideras tu entorno familiar, un lugar confortable y saludable? ¿Crees que en tu empleo hay personas negativas? Busca rodearte de buenas personas y aprende a manejar el estrés, no dejes que te domine. Una buena forma de empezar podría ser con estos tips para relajarse.
Con información de: Science & Nonduality