Seguramente has escuchado hablar sobre el coaching o conoces a alguien que ha participado en alguno. Esta disciplina de superación es una tendencia actual a la que muchas personas recurren para mejorar sus habilidades en el día a día, con el fin de tener un mejor desempeño en los distintos aspectos de su vida.

Pero, ¿qué es el coaching? En general, se define como un conjunto de acciones orientadas a mejorar el desenvolvimiento de una persona, con el objetivo de que logre alcanzar su pleno potencial, ya sea en los terrenos profesionales o personales. 

En este proceso se cuenta con la guía de un coach (entrenador), quien ayuda a la persona, llamada coachee, a encaminar sus acciones para mejorar sus resultados y conseguir diferentes logros, en los ámbitos en los que se los haya planteado. 

A lo largo de las sesiones de coaching se da un proceso de aprendizaje interno y autoconocimiento de los participantes, para lo cual se trabajan cuestiones emocionales, psicológicas y técnicas, con el objetivo de mejorar habilidades, gestionar problemas, reducir estrés o cambiar conductas.

Para lograr ese aprendizaje el coach trabaja con la mente, los significados, las creencias, las actitudes y los comportamientos de las personas, para que así puedan llevar a la acción lo que necesitan hacer para conseguir lo que desean. 

Una vez que el coachee logra dar un nuevo sentido a sus creencias y conceptos, tiene la posibilidad de avanzar sin trabas, y entonces el coach le ayuda a generar estrategias y a encontrar el camino a seguir mediante acciones claras y contundentes.

Así, el coach ayuda a motivar, a tomar conciencia de las capacidades propias, a tener un mayor campo de visión para poder ver todas las oportunidades y posibilidades, para después construir estrategias y finalmente concretar cambios por medio de acciones. 

De esta manera, el coaching crea un puente entre lo que las personas son y lo que quieren llegara ser y les permite considerar más opciones de las que hasta ahora habían sido capaces de tener en cuenta.

Aunque no se trata de algo mágico que transformará tu vida de la noche a la mañana (y si alguno te promete eso, no debes creerlo), lo cierto es que después de participar en un coaching, las personas salen con una mayor conciencia de sí mismas y de su entorno, su percepción aumenta a nivel cognitivo, mental, físico y emocional. 

Gracias a esto se vuelven capaces de mantener una mejor y más plena interacción con el entorno y con los demás, lo cual repercute en que se sientan mejor consigo mismas y su nivel de satisfacción se incremente.

El coaching también es útil para los profesionales y empresas, ya que les sirve como guía para definir objetivos de una forma efectiva y crear un plan estratégico para pasar a la acción y lograrlos. 

Según el ámbito de aplicación en el que se realicen y las técnicas utilizadas, existen diferentes tipos de coaching que persiguen distintos objetivos para las personas, como cambiar hábitos y conductas, aprender a gestionar las emociones, adquirir la capacidad de ver más allá y considerar nuevas opciones, tener un buen autoconocimiento, mejorar la comunicación y las relaciones personales, establecer objetivos de vida y profesionales, encontrar el camino a seguir para alcanzar las metas y mejorar la productividad, así como desarrollar nuevas habilidades.

En pocas palabras, el coaching ayuda a identificar lo que quieres lograr, a tomar las mejores decisiones, a armar un plan de acción y, finalmente, a poner manos a la obra para conseguir el objetivo.

Con información de Entrepreneur y Emprende PYME