En invierno, el frío se intensifica cada día. Empiezan a salir del fondo del cajón las pijamas de felpa y los calcetines gruesos, quizá prendas el calentador por las tardes y te tapes con doble cobija al dormir, pero ¿qué haces por tu mascota en los días más fríos del año? Es cierto, las mascotas tienen pelo y eso las protege, pero necesitan una ayudadita para no sufrir por el frío.
El grupo Amascota del Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal (CONAFAB) comparte una serie de útiles consejos para prepararla y preparar su entorno para que sea un invierno más cómodo y seguro para todos.
Procura que consuma un alimento 100% completo y balanceado. Esto permitirá que reciba los nutrientes y proteínas necesarias para enfrentar los cambios climáticos.
Si tu mascota pasa mucho tiempo en el exterior, revisa regularmente sus orejas y patas para comprobar que no haya signos de congelamiento.
El lugar donde duerme debe estar libre de humedad y si es posible, sobre alguna tarima de madera o plástico, no directamente en el piso. Acondiciona su espacio con una cobija o una manta calientita.
Mantén una rutina de ejercicios adecuada. Puedes salir a caminar con tu mascota o jugar en casa, lo importante es que se mueva para evitar que suba de peso y eliminar el riesgo de estrés o letargo.
La limpieza es importante, pero si acostumbras bañarla con frecuencia, durante el invierno es mejor disminuir el hábito. Báñala una vez al mes, especialmente si no lo necesita. Utiliza agua tibia, que sea en un lugar cerrado y sécala muy bien al terminar. Después mantenla en un lugar cálido.
Con ejercicios suaves, mueve sus patas para que sus articulaciones y huesos se mantengan en un estado óptimo. Además, cepilla suavemente su piel para estimular la circulación.
Algunas razas de pelo corto, perros pequeños, cachorros y adultos mayores, pueden aprovechar el calor adicional que brinda un suéter o chaleco. Elige una prenda que se ajuste bien pero que permita que el aire circule, y si hay lluvias donde vives, que su ropa esté hecha con material repelente al agua. Revisa muy bien que no lastime su piel, porque si no está acostumbrado a usar estas prendas, pueden causarle molestias. También puedes quitárselo durante el día y ponérselo en la tarde para una protección extra.
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