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7 importantes consejos para visitar a una nueva mamá

Abril 04, 2018

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Cuando un nuevo bebé llega al mundo, todos alrededor de él se vuelven locos. Las ganas de conocerlo, besarlo y abrazarlo se desbordan y sin querer, a veces se pierden de vista los deseos y ánimos de la nueva mamá en cuestión.

 

Podría parecer exagerado decirlo, pero realmente es un problema el hecho de que tanto la familia como los amigos de la madre estén ansiosos por conocer al recién nacido, pues las llamadas o visitas están a la orden del día y hasta parece que hay que sacar una ficha para que nuestros ímpetus sean atendidos. Para evitar conflictos, te damos una brevísima lista de cosas para considerar cuando quieras visitar a esa querida amiga tuya que acaba de ser madre. Si la tomas en cuenta, la experiencia de estar con el nuevo bebé será perfecta y enriquecedora para todos:

 

1) No llegues de sorpresa, avisa siempre. No hay nada más inoportuno que recibir en casa visitas sorpresa, y peor aún cuando hay un nuevo miembro en la familia y las dinámicas de la casa han cambiado considerablemente. Por eso, lo mejor antes de llegar con dulces y regalitos es preguntar si es oportuno visitar o si hay algún horario específico y adecuado. Por mensajes de texto puede ser mejor, para evitar las llamadas que podrían interrumpir cualquier actividad o extenderse con pláticas imprudentes.

 

2) No vayas si estás o estuviste recientemente enfermo. Suena muy obvio, y lo es, pero no está de más recordarlo: no vayas si tiene menos de 1 semana que estuviste enfermo de cualquier cosa o si sólo tienes un pequeño e inofensivo resfriado. Los bebés son seres muy vulnerables en ese momento y cualquier exposición a virus o bacterias podría afectarlos. Eso sin mencionar que a su mamá no le dará nada de gracia escucharte estornudar o toser a dos metros de su hijo.

 

3) Lava tus manos al llegar. Conectado al punto anterior, debido a la fragilidad inmunológica del bebé, lo mejor es evitar cualquier riesgo de contagio y lavarte cuidadosamente las manos al llegar a la casa. No importa si tu intención no es cargarlo o tocarlo, más vale prevenir agentes externos tanto en los muebles como en las cobijas o mamilas.

 

4) No lleves a más gente. Otra obviedad, que de cualquier modo hay que mencionar: si ya te invitaron a conocer al bebé, procura respetar el espacio íntimo no llevando más gente (ni a tu pareja, ni a tus hijos, ni al otro mejor amigo). Este tipo de invitaciones deben hacerse de manera personal y con el consentimiento y previa notificación de la madre.

 

5) Sé acomedido con labores domésticas. Tener un recién nacido absorbe la mayor cantidad de tiempo y cuidados. Esto puede hacer que otras necesidades domésticas se pasen por alto, así que es probable que en casa de la nueva familia encuentres algunos platos en el fregadero, una canasta de ropa sucia sin lavar o utensilios fuera de sus cajones. Es una buena oportunidad para ayudar realmente y ofrecerte sin que te lo pidan para hacer un par de labores domésticas. Para evitar incomodidades, puedes ofrecerte de buena gana y sólo hasta donde tus habilidades lo permitan. Además, mientras lo haces, podrías preguntarle a la mamá cómo se siente y cómo ha estado, pues con la emoción del nuevo bebé muchas veces pasamos por alto las emociones de la madre y toda plática gira en torno al pequeño.

 

6) No pidas cargar al bebé si no te lo dan. Una de las cosas que más nervios y ansiedad pueden causarle a una mamá nueva es ver que su bebé esté pasando de mano en mano, por más cuidado y delicadeza que la gente esté teniendo. Es normal. Por eso, si explícitamente no te ofrecen cargarlo y tocarlo, trata de no hacerlo.

 

7) No te quedes demasiado tiempo. Intenta que tu visita sea de minutos, no horas. El bebé necesita mucho descanso, así como la madre. Las visitas rápidas y productivas (cuando ayudas a hacer algo) son las que más se disfrutan y agradecen. Ya habrá tiempo para extender la plática y el café por horas y horas, cuando el pequeño tenga la posibilidad de quedarse dormido por un buen rato en semanas o meses posteriores.

 

No es nuestra culpa sentir que la emoción y la ternura se nos descontrolan. Es lógico, pero entender el proceso por el que la madre primeriza está pasando es importante, así como ser prudentes y empáticos para no convertirnos en un motivo de estrés cuando ella ya tiene suficiente. Con estas recomendaciones, todos podrán disfrutar de la mejor manera estos momentos tan íntimos y especiales.


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