El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y grave, causada por un virus. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) explican que antes de que la vacuna se introdujera en 1963 y se generalizara su uso, cada 2 o 3 años se registraban importantes epidemias de sarampión que llegaban a causar cerca de 2 millones de muertes al año. A pesar de que existen vacunas seguras y eficaces, en 2017 murieron aproximadamente 110 mil personas por esta causa, la mayoría de ellas menores de 5 años.
Datos de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Transmisibles de la Secretaría de Salud muestran que el brote de sarampión, que comenzó en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México en febrero de 2020, mantiene una tendencia al alza y en 2 meses registra un centenar de casos confirmados, la mayoría residentes de la capital del país y el Estado de México.
El sarampión es una enfermedad exantemática (que provoca una erupción extensa de color rojizo en la piel) causada por el virus del mismo nombre, que pertenece a la familia Paramyxoviridae. "Los mecanismos biológicos de este virus con su hospedero hacen que infecte a las células epiteliales del tracto respiratorio alto, de ahí viaja al sistema linfoide y al tejido reticuloendotelial", explica Rosa María del Ángel, jefa del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav. La investigadora señala que enseguida se presenta la viremia (presencia de virus en la sangre) y la aparición, después de 3 o 5 días, del exantema en la piel.
Los síntomas del sarampión son fiebre alta, tos, rinorrea, conjuntivitis, manchas blancas en la boca (que desaparecen en 24 horas) y un par de días después el exantema similar al de la rubeola, que se presenta inicialmente en la cara y cuello y baja por todo el cuerpo hasta terminar de brotar en manos y pies.
Las complicaciones del sarampión pueden derivar en neumonía o encefalitis, pero su letalidad es baja comparada con otras infecciones. Las estadísticas indican que se presenta una muerte por cada mil casos, aunque en personas con mala nutrición la tasa de defunción es de 10% y en inmunodeprimidos es del 30%.
El sarampión se trasmite a través del aire, por aerosoles, saliva o por superficies contaminadas y tiene un período de incubación de 4 a 12 días. Sus portadores pueden contagiar a otros individuos desde 3 días antes de que inicien los síntomas y hasta 3 o 4 días después de desaparecer el exantema, lo cual se debe a que el virus aún está presente en algunos de los fluidos corporales.
La población con mayor riesgo de contagiarse de sarampión son todas aquellas personas que no han sido inmunizadas con la vacuna ni hayan adquirido la infección, principalmente niños menores de 5 años no vacunados y mujeres embarazadas.
En países como México, donde no se habían presentado casos de la enfermedad en los últimos 20 años, surgieron brotes de la infección principalmente por la falta de vacunación o debido a casos importados. "El surgimiento de brotes de sarampión en diferentes países se atribuye a la falta de vacunación. Las medidas que se deben aplicar para contener esos brotes son el aislamiento de los casos positivos y vacunación de todos sus contactos", advierte la investigadora.
La OMS considera que la eliminación del sarampión se encuentra seriamente amenazada y la enfermedad ha resurgido en países que habían logrado erradicarla o estaban cerca de conseguirlo. Por ello se deben intensificar las campañas de vacunación en toda a población.