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Protégete de los cambios de temperatura con una sana alimentación

Marzo 23, 2020

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Para una salud óptima: dieta equilibrada, ejercicio y descanso

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  • Alimentos que contienen las vitaminas que necesitas

Es normal que durante los primeros meses del año tengas mucho calor durante el día y frío extremo por la noche; los meses de febrero y marzo ("febrero loco y marzo otro poco") son famosos por sus inestables climas. Los cambios de temperatura están a la orden del día, por lo que si tu dieta no es completa y perfectamente balanceada, eso puede tomar por sorpresa a tu sistema inmunológico. Estar expuesto a las enfermedades (tanto de origen viral como bacteriano y uno que otro organismo patógeno que se aprovecha de los más indefensos) es cosa de todos los días.

 

Pero, ¿cómo puede afectar a tu organismo una dieta mal balanceada? La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria señala que ciertas alteraciones, tales como herpes labial, caída del cabello, dificultades en la cicatrización o dolores musculares sin causa aparente, pueden ser consecuencia de una inmunodepresión de bajo grado. El estrés prolongado, las dietas inadecuadas o los descansos insuficientes también pueden ser posibles causas del debilitamiento del sistema inmunológico.  

 

Ante los cambios climáticos puedes elegir la vestimenta adecuada, y con respecto a la nutrición tienes un rango de oportunidad mucho mayor. El nutriólogo Alberto Molás, miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition, explica qué vitaminas y minerales se relacionan con las defensas del sistema inmunológico, qué función tienen y dónde encontrarlas, para que nunca falten en tu dieta.

 

  • Vitamina C: Es un antioxidante que puede ayudar a proteger tu cuerpo contra los radicales libres. Ayuda a la formación de colágeno (una proteína que se relaciona con el mantenimiento de las barreras naturales contra las infecciones), además de intervenir en la formación de otras proteínas que se encargan de encarar a los virus para impedir su proliferación en tu sistema. 

    Entre los alimentos que contienen vitamina C está una extensa variedad de frutas (guayaba, mango, piña, cítricos, fresas, melón) y verduras (pimientos, tomate, hortalizas en general).

 

  • Vitamina E: Aumenta la respuesta del sistema inmunológico, pues hace más eficiente la acción de éste ante los organismos dañinos.

    Los alimentos que contienen vitamina E son del grupo de los cereales integrales (pan, arroz y pastas), además de aceites comestibles (soya, trigo, oliva), vegetales de hojas verdes y frutos secos.

 

  • Vitamina A: Apoya en la inmunidad de las mucosas, como las del sistema digestivo, específicamente las del intestino, las cuales son una barrera natural contra las infecciones.

    Los alimentos que contienen vitamina A son en su mayoría de origen animal (hígado, huevo), lácteos y sus derivados (mantequilla).  

 

  • Complejo B: La deficiencia de las vitaminas de este grupo se relaciona con múltiples alteraciones tanto del sistema nervioso como del tubo neural (espina bífida). Además de que a falta de vitaminas del complejo B, se producen deficiencias de anticuerpos (sustancias que combaten virus o bacterias que afectan al organismo).

    Los alimentos que contienen vitaminas del complejo B son: cereales integrales, frutas, frutos secos, verduras y lácteos, entre otros.

 

  • Hierro: La deficiencia de este mineral es más común en mujeres en edad fértil y en embarazadas. La falta de hierro disminuye la duplicación celular (mitosis) además del crecimiento de las células, lo cual afecta directamente al sistema inmunológico.

    Los alimentos que contienen hierro son en su mayoría de origen animal y en menor medida los lácteos.

 

  • Zinc: La carencia de este mineral es más común en niños, mujeres embarazadas, madres en lactancia y ancianos. Las deficiencias de zinc alteran la respuesta inmunológica.

    Los alimentos que contienen zinc son: mariscos, leguminosas, cereales, pescados, lácteos y huevo.

 

  • Selenio: El déficit de selenio afecta a la inmunidad, lo que disminuye la actividad bactericida (que elimina bacterias) y la respuesta de los anticuerpos (sustancias de la sangre que combaten infecciones).

    Los alimentos que contienen selenio son de origen animal, principalmente aquellos marinos,  así como cereales, frutas y verduras.

 

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomienda llevar un control de los hábitos y condiciones higiénico-sanitarias (dieta equilibrada y suficiente ejercicio físico, descanso, control del estrés, vitaminas y minerales en tu dieta), pues los buenos hábitos pueden ayudar a reforzar el sistema inmunológico y, así, a estar protegido en cualquier temporada del año.


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