Las enfermedades trasmitidas por insectos son muy comunes y causan miles de muertes cada año. Entre las zonas más afectadas por este fenómeno destacan aquellas con climas tropicales y subtropicales; enfermedades como la malaria, chikungunya, Zika, dengue y fiebre amarilla, por mencionar las más comunes, representan un problema de salud pública a nivel mundial que se busca combatir con medidas de prevención seguras.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que a nivel mundial más de 3 mil 900 millones de personas, en más de 128 países, corren el riesgo de contraer dengue, con una estimación de 96 millones de casos al año.

Tan sólo en México se han confirmado, en lo que va del año, alrededor de 10 casos de enfermedad por virus del Zika y un caso de chikungunya, hasta la semana epidemiológica número 8 de 2019, según datos de la Secretaria de Salud (SSA).

La doctora Elizabeth Macías Barrera explica que estas enfermedades son causadas por parásitos, virus y bacterias transmitidos por mosquitos, chinches, garrapatas, moscas y ácaros: "Cuando un insecto se alimenta con sangre de una persona infectada y luego pica a otras personas, puede transmitir un virus". 

La doctora especialista en medicina del viajero y directora general de Vacunas y Visas en Viajes recomienda utilizar repelentes, lo cual es una de las maneras más efectivas de protegerse contra la picadura de mosquitos y otros insectos que pueden afectar tu salud.

Los repelentes deben estar autorizados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) y deben estar elaborados a base de ingredientes activos como DEET, Picaridin, también conocido como KBR 3013, Bayrepel e Icaridin, aceite concentrado de limón y eucalipto (OLE) o Para-menthane-dio (PMD), IR3535.

También hay algunos ingredientes naturales que pueden usarse para ahuyentar a los mosquitos, como citronela, aceite de cedro, geranio, menta y aceite de soya, pero estos no han sido evaluados por la EPA.

La doctora Macías detalló que, en general, a mayor concentración, mayor tiempo de protección y mejor permanencia; un repelente con base DEET al 30% ofrece más de 6 horas de protección y es adecuado para la mayoría de los casos en zonas de riesgo moderado, si no existe un riesgo excesivo o la permanencia a la intemperie, basta una concentración de entre 12% y 20%; por el contrario, si el riesgo es alto o el tiempo de permanencia es prolongado es mejor utilizar una concentración entre el 40% y el 60%.

Una forma de hacer más efectiva la acción de los repelentes para piel es complementarlos con el uso de un repelente para ropa; en este sendio, la permetrina es la sustancia más conocida, que se aplica en la superficie externa de ropa, calzado, bolsas de dormir y otros objetos para impedir que los insectos se acerquen.

Además, es importante seguir las instrucciones de uso que se encuentran en el empaque; por ejemplo, nunca se debe aplicar directo a la piel de niños y bebés, si no que primero se debe rociar en la mano de un adulto y, posteriormente, untarlo en la piel del pequeño y en su ropa. Nunca se debe usar repelente en un bebé menor de 2 meses y cerca de los ojos, la boca o piel irritada.

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