Si te dicen 'invierno', ¿en qué piensas? probablemente en nieve, frío, chocolate caliente, ropa abrigadora, apapacho, posadas, ponche, abrazos, ¿no? Aunque no todo es tan bonito, porque también hay catarro, tos, infecciones en la nariz, bronquitis, influenza y con todos estos cuadros, llega también el moco, que le quita lo bonito a la época.
Para que el moco no te agarre desprevenido y le quite atención a la belleza otoñal e invernal, es importante que conozcas algunos datos para evitarlo o cambatirlo correctamente. El primero y más importante es que por más verde que sea, no se soluciona con la toma de antibióticos, porque más del 90% de las infecciones son de origen viral. Muchas personas asocian el color de esta secreción con la gravedad de estas enfermedades, e incluso es un argumento para pedirle al médico que les recete medicamentos.
La doctora Valentina García, gerente médico del laboratorio Biocodex, explica que del total de casos de infecciones respiratorias que se presentan en la época de frío, apenas entre 10-15% requiere tratamiento con antibióticos. Según datos del Scientific Electronic Library Online, la mayoría de estas infecciones son provocadas por virus y no por bacterias. La doctora García detalla:
El moco es un mecanismo de defensa que se encarga de atrapar microorganismos potencialmente dañinos que pudieran entrar a nuestro cuerpo. En el curso de un catarro, por ejemplo, al principio es claro y luego se puede hacer más espeso y amarillento o verdoso. Lo cual no es evidencia de la gravedad o el origen de la infección, sino de que nuestro sistema de defensas ya está en acción.
Se tiene la creencia de que las diarreas son consecuencia del paso de la infección respiratoria al sistema digestivo. Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, suelen ser producto de la disbiosis, que es el desequilibrio provocado por los antibióticos en la microbiota intestinal, la comunidad de bacterias alojadas en el colon que confieren beneficios al organismo, y que se ven afectadas por el efecto de las medicinas que no las distinguen de las bacterias patógenas contra las que son indicadas.
Por lo anterior, la doctora García recomienda el uso de probióticos a base de levadura, pues éstos se pueden tomar en conjunto con los antibióticos ya que a diferencia de los probióticos bacterianos, las levaduras no se mueren con los antibióticos y sí ayudan a prevenir el desequilibrio de la microbiota intestinal.
Estas son algunas recomendaciones útiles para hacerle frente a los padecimientos que amenazan en la temporada de otoño-invierno a través de la prevención:
Ante el malestar, que debe ceder sin medicamentos en un par de días:
Ante infecciones bacterianas: