Ya llegó el otoño y con él cambia la luz natural. Para los fanáticos de la piel bronceada y la playa, esto significa que sus estrategias para una piel bronceada también se modifican. Es la temporada en que ocupan más la cama de bronceado para obtener ese color de piel que tanto buscan, aun lejos del sol de verano.
Estas camas existen hace mucho tiempo y quienes las usan creen que es menos peligroso que exponerse directamente a los rayos solares, pero eso no es verdad. La exposición a la luz ultravioleta (UV) ocasiona daños en la piel sin importar la fuente, que puede ser el sol directo o estas camas de bronceado.
Dawn Davis, dermatóloga de la Clínica Mayo, explica que el tipo de radiación ultravioleta emitida por la mayoría de las camas de bronceado se llama UVA y no sólo envejece prematuramente la piel, sino que produce arrugas y manchas. La exposición también aumenta el riesgo de cáncer de piel, incluido el melanoma, que es el más mortal.
Debido a los peligros para la salud, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ahora exige que todas las camas de bronceado muestren una etiqueta de advertencia para que ningún menor de 18 años las use. Algunos dermatólogos opinan que deberían prohibirse no sólo a los menores de edad sino también a los adultos.
Muchas personas acuden a una cama de bronceado antes de exponerse al sol directo porque creen que así protegen la piel contra las quemaduras. Esto no tiene ningún fundamento y lo único que hacen es exponerse más a la radiación UV.
Es imposible broncearse sin peligro en la piel. El bronceado artificial que se obtiene a través de un atomizador o una loción es una alternativa mucho más segura. El ingrediente activo que éstos utilizan es dihidroxiacetona que, al aplicarlo en la piel, reacciona con las células muertas de la capa superficial y oscurece la piel de forma similar a un bronceado, esto por unos días, hasta que desaparece naturalmente. Sin embargo, estos productos no contienen protector solar, por lo que es necesario utilizarlos al exponerse al sol.
El dermatólogo Juan Luis Bueno Wong señala que la mejor manera de proteger la piel es aplicar un protector solar de amplio espectro con factor de protección solar (FPS) de 30 mínimo, pero además tiene una serie de recomendaciones para cuidar la piel de las radiaciones UV.