Cuidar la salud es una de las lecciones que dejó el 2020 a su paso. Muchas personas decidieron que este nuevo año sería para mejorar los hábitos y con ello reforzar la salud: hacer ejercicio, dormir bien, dejar de fumar y una dieta saludable, junto con el objetivo de sonreír y ser más felices.

Para que tu estilo de vida saludable predomine en el nuevo año, debes enfocarte en una buena alimentación y gradualmente hacer pequeños cambios. Una buena alimentación ofrece grandes beneficios, entre los que destacan:

• Brinda una mayor energía: consumir los nutrientes necesarios, en los horarios adecuados, ayuda a tu organismo a tener una correcta función digestiva, respiratoria y corporal. Cuando un cuerpo funciona correctamente, aprovecha mejor la energía extra para realizar actividades diarias y recreativas, con lo cual te motivarás para hacer ejercicio, concentrarte en tu trabajo y aportar más tiempo de calidad a tu familia.
   
• Mejora el estado de ánimo: con una correcta selección de alimentos elevarás tus niveles de serotonina y endorfinas, las cuales mejoran el estado de ánimo. Sumado a esto gozarás de una correcta digestión, con lo cual te olvidas del estómago inflamado, dolores abdominales y problemas de estreñimiento; verte bien te hará sentir mejor.
   
• Fortalece el sistema inmunológico: consumir más vitaminas y minerales fortalece el sistema inmunológico, lo que disminuye las probabilidades de contraer gripe y desarrollar otras enfermedades como diabetes, hipertensión, osteoporosis y problemas cardiacos. También ayuda a retrasar los signos de envejecimiento de la piel y los órganos. Un cuerpo más fuerte aporta vitalidad.

Cambia tus hábitos sin sufrimiento (ni hambre)

Con sólo cambiar tus hábitos alimenticios lograrás conseguir muchas cosas este año. Para hacer realidad estos propósitos, la nutrióloga Karla Galindo, de Cultivos Naturales San Francisco, comparte tres consejos para llevar una buena alimentación:

1. No te saltes horarios: come en horarios regulares todos los días para lograr una correcta digestión y uso de nutrientes. Considera preparar tus propios platillos y descarta la opción de comprar comida ya preparada o alimentos instantáneos. Opta por platillos ricos en vitaminas e incluye germinados. La nutrióloga los recomienda pues son un alimento vivo rico en nutrientes, así como en enzimas, vitaminas, minerales y clorofila: "Incluirlos es muy sencillo, puedes por ejemplo acompañar tus enchiladas con germinado de cebolla o preparar un agua de limón y agregarle germinado de chía".

2. Cena temprano: no cenes justo antes de acostarte, se recomienda cenar 1 hora antes para digerir apropiadamente todos los nutrientes. Evita los carbohidratos y alimentos ricos en azúcares para descansar mejor. "Los germinados son una gran opción, pues además de ser ligeros se acompañan muy bien con cualquier alimento o bebida". Puedes cenar, por ejemplo, un aguacate relleno de atún y acompañarlo con germinado de trébol.

3. Sustituye comida chatarra por snacks saludables: Entre comidas, la nutrióloga recomienda consumir snacks para saciar el hambre, pero en lugar de comprar comida procesada, lleva contigo siempre alguna opción saludable. Agrega a tu fruta, verdura o germinados limón, chile en polvo, chamoy, salsa de soya y otras opciones para hacerlo más atractivo.

"Para muchas personas llevar a cabo un plan de alimentación balanceado implica sacrificios, pero no es así, tan sólo un pequeño cambio en los hábitos diarios hace la diferencia". La nutrióloga señala que es importante comprender que una alimentación balanceada, sumada a un buen descanso y ejercicio diario, proporciona resultados desde los primeros días: "el mejor propósito es cuidar tu salud al mejorar tu alimentación".

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