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Estos hábitos podrían afectar a tu mascota sin que lo notes

Septiembre 22, 2018

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Los descuidos más comunes al tener una mascota

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  • Recomendaciones para procurar su bienestar

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  • La importancia de poner atención en los detalles

Si tienes mascotas como perros y gatos, muy probablemente los consideras tan miembros de tu familia como a cualquier otro, y por lo tanto, les procuras todas las atenciones posibles. Por supuesto, haces bien: una mascota merece todo el cariño y cuidado para ser feliz y mantenerse saludable. Sin embargo, pese a todo el empeño que pongas, hay algunas acciones que podrían afectar a tu mascota sin que tú lo sepas, y no es en definitiva por descuido, sino porque parecen inofensivas y pocas veces se repara en ellas.

 

Estas son las razones que encabezan la lista de posibles peligros para tu perro o gato:

 

1) Descuidar su pelaje. Sí, el suave lomito no es sólo para acariciar, y no todo se resuelve con un baño semanal o quincenal. El pelo de tu perro o gato merece cuidados especiales, que a veces pasan desapercibidos; por ejemplo, el tipo de champú es importante, ya que las marcas para humanos contienen fragancias e ingredientes que no corresponden con la hidratación que requiere un perro o un gato, y eso sin mencionar que según la raza, los cuidados del pelo cambian. De igual modo, es necesario tener un cepillo especial para quitar el exceso de pelo caído, desenredar y fomentar nuevo crecimiento. La frecuencia con la que hay que bañar y cepillar también varía de acuerdo con el tipo de pelaje de tu mascota; no obstante, no se recomienda bañarla más de una vez a la semana (sobre todo si tu mascota vive dentro de casa), ni tampoco esperar más de mes y medio entre baño y baño.

 

2) Dejarlo solo en el jardín. Por más cuidados que tengas en tu jardín trasero, es imposible controlar a la naturaleza y sus manifestaciones, así que en cualquier momento podría aparecer alguna plaga, planta perjudicial, insectos ajenos atraídos por la vegetación o incluso problemas más grandes, como roedores de cualquier tamaño que amenacen a tu mascota. Por lo tanto, no es recomendable que dejes sin supervisión y por muchas horas a tu perro (o gato) en el jardín, y mucho menos dejarle pasar noches enteras ahí. No sabes en qué momento podría comerse algo que haya crecido, surgido, llegado o aterrizado en tu jardín y que ponga en riesgo la salud de tu peludito.

 

3) Comprarle comida barata. Dejarse guiar por dudosas “ofertas”, precios sospechosamente baratos o empaques llamativos que prometen beneficios muy cuestionables es un error muy común en cuanto a la alimentación de una mascota. Evita escatimar en lo referente a estos gastos, pues tener alimento de buena calidad será en beneficio de su salud. Es verdad que los precios altos no son sinónimo de calidad, pero también es muy cierto que muchas marcas, con el objetivo de “abaratar”, usan ingredientes de calidad menor ocultos bajo una capa de publicidad prometedora que intentará despistarte.

 

4) Olvidar el ejercicio físico. Sobre todo para los perros, es de vital importancia que tengan una dosis diaria de ejercicio físico, es decir, salir a pasear pero, a la vez, hacer el intento por correr o brincar un rato. Tu compañero no sólo necesita hacer sus necesidades fisiológicas, sino también ejercitar sus músculos y corazón con unos minutos de juego enérgico al día. Y por supuesto, a ti también te ayudará compartir esos momentos de actividad con él. ¡No lo dejes pasar!

 

5) Recompensarlo con alimento por cada pequeña cosa que haga. Y por último, a veces la ternura o los deseos de premiar cada gracia o buen comportamiento, por mínimo que sea, con algún aperitivo o golosina, podrían no ser tan buena idea como parece. Hay otras formas de demostrar aprobación, como juegos, palmaditas o palabras de emoción enfática, ya que los premios comestibles podrían interrumpir su dieta cotidiana, sus horarios y, sobre todo, su consumo calórico. Eso sin hablar de que mimar demasiado a tu mascota puede modificar su personalidad y volverla demasiado dependiente, lo que podría ocasionar que sufra cada vez que deba quedarse sola o cada vez que no puedas atenderla de inmediato.

 

A veces es difícil notar cualquiera de estos puntos, incluso si se tiene todo el cuidado y dedicación por estos compañeros de cuatro patas. Pero ahora ya lo tendrás más presente. 


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