Después de hablar con un amigo o una amiga, ¿sientes cansancio? ¿necesitas un tiempo para descansar o te abruman sus problemas y apenas te queda energía para procesar los tuyos?  Si algo de esto te suena familiar, es posible que te haya atacado un vampiro energético. Y recuperar la autonomía sobre tu energía requerirá aprender a lidiar con ellos tanto en el momento como fuera de las interacciones que tengan. 

 

Como insinúa el término, es alguien que absorbe la energía de otra persona a través de la forma en que aborda las conversaciones. Cualquier persona en tu vida puede asumir este papel (un amigo, un familiar, un compañero de trabajo u otra persona) y, aunque no sea necesariamente intencional, el impacto siempre te dejrá con pocos recursos después de tus interacciones con esa persona.

 

Si bien, en algunos casos, es posible que puedas simplemente terminar tu relación con esta persona para preservar tu energía o de otra manera distanciarte emocionalmente de ella, en otros casos, es posible que necesites o quieras seguir viéndola o pasando tiempo con ella. En el último escenario, aprender a lidiar con los vampiros energéticos será esencial para pasar tiempo con esta persona sin sentirte prácticamente sin vida al final de cada interacción.

 

A continuación, los expertos en relaciones comparten cómo identificar a los vampiros energéticos en acción, las razones por las que las personas pueden caer en esta tendencia, quiénes pueden ser más susceptibles y cómo puedes aprender a lidiar con los vampiros energéticos, sin importar cuándo y cómo puedan atacar.

 

4 señales de que una persona es un vampiro energético

1. Solo toma y nunca da en tu relación

Cualquier persona que constantemente exige tu apoyo o atención y rara vez ofrece algo de lo suyo es probablemente un vampiro energético. Puede ser el amigo que siempre llama para desahogarse o descargarse contigo pero no contesta el teléfono cuando lo llamas, o la pareja que solo parece interactuar contigo cuando lo ayudas con un problema.

 

"Tan pronto como termina de hablar, te has solidarizado con su situación y es tu turno de compartir algunas novedades, tiene que correr y colgar el teléfono", dice la psicóloga clínica y forense Leslie Dobson. "Esta persona siempre toma y nunca da a cambio".

 

La terapeuta Minaa B., experta en relaciones, señala que los vampiros energéticos son particularmente conocidos por el vertido o desahogo emocional poco saludable, o por usar una relación únicamente para la co-rumia. "Ellos asumirán que siempre estás listo para escuchar su drama o sus experiencias negativas, y te las descargarán sin previo aviso", dice.

 

2. Son pesimistas

Para el vampiro energético, "siempre hay algo que va mal", dice Minaa. "Rechazan cualquier tipo de pensamiento alternativo positivo y parecen estar interesados ​​únicamente en permanecer en un lugar oscuro, enojado o triste". Al afirmar un estado de ser tan negativo, también tienen una razón para esperar que les brindes un apoyo emocional infinito, agrega, incluso si fuiste tú quien originalmente acudió a ellos en busca de apoyo.

 

Dicho esto, el pesimismo ocasional por sí solo no necesariamente convierte a alguien en un vampiro energético. "Los humanos somos imperfectos y todos tenemos días malos, por lo que diferenciar entre un amigo que se desahoga por un mal día y un vampiro energético puede ser difícil a veces", dice el terapeuta Joey Trine, director de una clínica en Illinois. 

 

Para distinguir uno del otro, Trine recomienda considerar si esta persona tiene un patrón regular de comportamiento pesimista y si casi siempre te sientes agotado después de interactuar con ella. Si ambas cosas son ciertas, es probable que tengas un vampiro energético en tus manos.

 

3. Sientes incomodidad en su presencia

Si sientes la necesidad de evitar a esta persona, sientes nervios a su lado o normalmente terminas las conversaciones sintiéndote estresado, abrumado o incómodo de alguna otra manera, es probable que sea un vampiro energético.

 

De manera similar, podrías estar lidiando con un vampiro energético si "te sientes ansioso antes de pasar tiempo con esa persona, no te sientes tú mismo [con esa persona] o [te resiente] el tiempo que pasaste con esa persona una vez que terminó debido a cómo te hizo sentir o a la [poca] energía que te queda para tu vida y para otros seres queridos", dice la doctora Dobson. De esta manera, podrías sentirte utilizado o invadido por esa persona, agrega.

 

En ese sentido, un vampiro energético puede implementar tácticas poco saludables, como la manipulación y la culpabilización, "para hacer que las personas se sientan mal por no querer participar en su drama o historias como una forma de obtener atención continua", dice Minaa.

 

4. Te sientes moralmente obligado a brindarles atención y apoyo

…incluso cuando sientes que no los estás ayudando realmente o que no quieren tu ayuda. A menudo existe una sensación de miedo o ansiedad de que si no les das exactamente el tipo de apoyo que quieren o necesitan, puedes molestarlos, por lo que terminas andando con pies de plomo a su alrededor (que es parte de la razón por la que estar en su presencia puede ser tan agotador).

 

"En sentido figurado, es como si tuvieran derecho a faltarte al respeto a ti y a tu tiempo, pero tienes que ser perfecto y no perturbar ni alterar su paz, de lo contrario eres un perpetrador en cuestión de segundos", dice la experta en relaciones Callisto Adams.

 

Cómo protegerte o lidiar con los vampiros energéticos

Establecer límites (y más límites)

¡Está bien y es bueno establecer límites! Eso podría parecer establecer parámetros sobre cuándo estás disponible para que un compañero de trabajo te contacte, cuánto tiempo puedes ofrecerle a un amigo por teléfono o qué tipo de temas te sientes abierto a discutir para proteger tu energía y tu paz.

 

El doctor Dobson alienta a delinear dichos límites cuando conoces a una persona por primera vez y/o durante la relación (dependiendo de la naturaleza de tu conexión) y reforzarlos cada vez que se crucen.

 

Para evitar un vampiro energético, presta atención a cómo progresan tus nuevas relaciones con las personas y cómo se ven las otras relaciones de esas personas, dice el doctor Dobson. En particular, presta atención a los patrones: por ejemplo, Minaa dice: "¿Tienen una tendencia a llamarte para dejarte sin preguntarte si tienes el espacio para escuchar sus problemas?" En este caso, podrías establecer límites sobre cuándo respondes sus llamadas, o decir directamente: "Siento que estás pasando por un momento difícil en este momento, pero no tengo la energía en este momento para ayudarte. "Puedo llamarte cuando esté en el estado mental adecuado para tener esta conversación", sugiere Minaa.

 

Lo mismo ocurre si notas que se forman estos patrones en las relaciones existentes. Recuerda: siempre eres libre de reiterar tus límites cuando los ignoren o de establecer nuevos límites en una relación anterior si la persona del otro lado comienza a agotar tu energía.

 

Sé consciente de cuánta energía eliges dar

El doctor Cuthbert cree que es posible entrenarte para expulsar menos energía emocional, incluso en presencia de vampiros energéticos. "Una técnica sencilla es imaginar tu entrada emocional como un regulador de intensidad", dice. "A medida que entras en una interacción, puedes ajustar la cantidad de energía que quieres ofrecer a la persona". Si bien no puedes controlar la cantidad de energía que una persona determinada puede exigirte, sí puedes controlar cómo respondes, dice.

 

Considera ver cómo responden

Algunos vampiros energéticos no son conscientes de las formas en que consumen la vida de quienes los rodean. En ese caso, puede que valga la pena comunicarse con esa persona y hacerle saber cómo sus acciones te afectan.

 

Según el doctor Cuthbert, las relaciones de cualquier profundidad pasarán por períodos en los que una persona puede recibir más apoyo del que se recibe, y viceversa. Al sacar a la luz el problema, puedes advertirle al vampiro energético en cuestión que llegaste a tu límite en términos del apoyo que puedes ofrecerle y que es su turno de comenzar a dar un poco más de lo que recibe.

 

"Es un regalo tener relaciones con otras personas que no solo están dispuestas a prestar atención a las formas simples en las que pueden darte o quitarte energía, sino que también están dispuestas a asumir la responsabilidad de los errores, a aceptar la complejidad emocional y a cuidarte como persona en su totalidad", dice el doctor Cuthbert. "Aunque podamos pisarnos los pies, podemos encontrar mejores formas de bailar juntos".

 

Con información de Well & Good