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El bebé y los padres duermen mejor en cuartos separados

Enero 19, 2021

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  • Compartir la habitación con niños pequeños está asociado a una mala calidad de descanso

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  • La independencia de los niños también les permite aumentar el tiempo de sueño nocturno

Para los padres, especialmente para los primerizos, llega el momento de preguntarse cuándo es el mejor momento para que los pequeños duerman solos. No es únicamente que el bebé tenga su propia habitación por independencia; tener su cama es también una medida de seguridad.

 

En un estudio publicado en el British Medical Journal se señala que los bebés que duermen en la misma cama que los padres tienen hasta cinco veces más posibilidades de sufrir una muerte súbita, muchas veces por asfixia.

 

En una investigación publicada en la revista Pediatrics, y en la mayoría de las guías como la de la Academía Americana de Pediatría, se explica que los niños deben dormir en la misma habitación que los padres pero en su propia cama. La recomendación apunta a que esto sea así durante el primer año de vida del bebé o por lo menos durante los primeros 6 meses.

 

Según datos de dicha investigación, los niños que duermen en su propia habitación duermen en promedio 40 minutos más que los que comparten el cuarto con sus padres. El estudio advierte que los niños que duermen en la misma habitación que los padres descansan menos que los que lo hacen en una habitación separada, y ello tiene consecuencias negativas tanto para los pequeños como para los padres, relacionados con sobrepeso y problemas de sueño en una edad más avanzada.

 

De acuerdo con las conclusiones del estudio, "compartir la habitación con los niños de edades entre los 4 y los 9 meses está ligado a un menor tiempo de sueño durante la noche y prácticas de sueño poco saludables asociadas con el SMSL (síndrome de muerte súbita del lactante)". 

 

El doctor Ian M. Paul, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania, autor principal del estudio, señala que "los bebés tienen breves episodios en los que se despiertan por las noches, y si los padres están en la misma habitación tienen más posibilidades de responderles que de dejar que vuelvan a dormirse por sí mismos".

 

Suena positivo, pero el especialista explica que los pequeños se acostumbran a la rápida respuesta de sus padres, lo que puede interrumpir su aprendizaje para recuperar el sueño por su cuenta. 

 

Otra de las ventajas de que los pequeños tengan su propio espacio para dormir, dentro o fuera de la habitación de los padres, es la calidad del sueño. Los niños que empiezan a dormir en su propio espacio después de los 9 meses, al cumplir 30 meses dormirán en promedio 45 minutos más por noche. 

 

Si el niño duerme menos horas de las que debería o lo hace mal (de 14 a 17 horas hasta los 3 meses y de 12 a 15 hasta los 11, según recomendaciones de la National Sleep Foundation), las consecuencias pueden perjudicar tanto a los niños como a los padres.

 

La Academia Americana de Pediatría recomienda que durante el primer año la cuna esté cerca de la cama de los padres, para que siempre lo tengan a la vista y la alimentación y el consuelo sean sencillos de facilitar, pero otras publicaciones advierten que éste es un paso a compartir la cama con los padres y es justo lo que recomiendan evitar, aunque en cada caso la situación será distinta.

 

Lo importante es cuidar que tanto el bebé como los papás tengan sueño de calidad y un adecuado descanso, según lo que  esto signifique para cada familia: una habitación compartida o una para los papás y otra para el bebé.

 

Foto de portada: Unsplash


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