Un día en la Ciudad de México puede implicar demasiado movimiento, ruido y hasta riesgo como para hablar de estabilidad y paz emocional a sus habitantes. Quien haya subido al transporte público durante una hora pico o haya pasado horas sin avanzar en un semáforo, sabrá a lo que nos referimos. Sin embargo, es posible habitar este espacio a veces tan caótico sin perder la calma y, para eso, queremos compartir contigo estos tips.
Aprovecha la oferta cultural
Si por fin sobreviviste a otra intensa semana en la ciudad, aprovecha el fin de semana o tus días de descanso para disfrutar lo que este lugar tiene que ofrecer. Los museos, conciertos, librerías, parques, cines y hasta bares y restaurantes que encuentras en la CDMX son muchos y muy variados. Cuando conoces espacios que te gustan por lo que ofrecen, vivir aquí resulta sumamente agradable.
Libérate de los rencores
Algo que puede resultar insoportable es la violencia con que se pueden llegar a dirigir las personas en esta ciudad. Por ejemplo, si acostumbras ser peatón o ciclista, sabrás que el claxon de un auto en tu oído o el insulto de una persona al pasar (e incluso sus “piropos”) pueden generar un rencor real. Pero en estos casos sin duda vale la pena dejar pasar las emociones negativas, pues guardando odio sólo te dañas a ti mismo. ¿La mejor forma para hacerlo? Respirando.
Sé tolerante...
Para hacer la vida en la ciudad más amena para todos, lo mejor es ser tolerante. Volviendo al punto anterior, cuando la forma en que otra persona se dirija a ti te moleste, puedes practicar tu empatía y aceptar que todos venimos de contextos y situaciones distintas. Así que quizá esa persona que pasó junto a ti a toda velocidad y metió su auto frente al tuyo tenía una emergencia, por ejemplo, llevar a alguien a un hospital. (O quizá no, pero puedes darle el beneficio de la duda). A veces debemos estar en la situación del otro para comprender su comportamiento y esto sucede mucho en la relación entre autos, bicis y peatones.
Sobre el tema: Tips para mejorar la convivencia entre autos, bicis y peatones
… Y sé considerado
No porque ahora creas que todos deben ser empáticos contigo, puedes ir por la ciudad viviendo como si fueras el único. Pequeñas acciones como respetar a los peatones y las bicicletas, respetar los semáforos (sí, también cuando vas caminando), ceder el asiento en el transporte a quien lo necesita, y un largo etc. pueden mejorar significativamente la convivencia en la ciudad. Atrévete a ser un factor de cambio, verás que no es difícil y que puedes ayudar a que la estancia sea mucho mejor para ti y para los demás.
Variedad de transportes
Tomar el mismo camión todos los días, transbordar en la misma eterna estación o manejar por horas para llegar a un mismo destino puede ser agotador. Por eso, te recomendamos que varies las formas en que te transportas todos los días. Por ejemplo, prueba rutas distintas para llegar al mismo lugar o descubre nuevas líneas de metro para llegar a tu destino. Además, si sueles utilizar el coche, estarás contribuyendo significativamente a la reducción de CO2 en el ambiente si decides variar la rutina y usar el transporte público de vez en cuando.
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Comparte experiencias
Seguramente tienes varios amigos que han pasado por momentos difíciles viviendo en la ciudad. Compartan experiencias. Platicar sobre las locuras que ocurren aquí puede ser muy divertido, e incluso cuando no lo es, puede ser el inicio de un colectivo que genere nuevas propuestas para mejorar la vida en la ciudad, así que ¿por qué no intentarlo?
Haz comunidad
En una ciudad tan grande como esta, vale la pena generar vínculos estables e íntimos. También puedes encontrar lugares que disfrutes y que estén cerca de tu casa, para así crear una pequeña comunidad que te permita identificarte entre la vorágine.
Ten cuidado
Por último, no queremos que vivas con miedo, pero sí con precaución. Con esto nos referimos a que, si puedes, evites situaciones de riesgo que van desde caminar de madrugada por zonas peligrosas hasta cruzar una avenida por donde no está señalado. La mejor forma de evitar un disgusto, es estando lejos de sus causas.
Esperamos que estos consejos te ayuden a vivir más tranquilo en una ciudad que, sin duda, tiende a ser complicada. Ya sea que te consideres un fanático de la vida en la metrópolis o que más bien pienses estar aquí sólo por un tiempo, disfruta la estancia y no dejes que tu bienestar personal se vea afectado por estímulos externos.
Si has vivido otras situaciones complicadas en la ciudad, cuéntanos y esperamos poder ayudarte.
Ilustración de Johan Thornqvist