Hay diversos mitos con respecto a la pobreza en el mundo que necesitan ser erradicados para poder combatir este problema. Algunos de ellos incluso resultan casi aberrantes, como el atribuir la pobreza de las personas a la desidia o pensar que son pobres porque no ahorran. Y no es que ahorrar no pueda mejorar el estatus de nuestras finanzas personales, sino que las condiciones que han dado lugar al surgimiento de alarmantes cifras de pobreza a nivel mundial son aún más profundas. Además continuán contribuyendo a la brecha en la distribución de la riqueza y el aprovechamiento  de los recursos naturales, mermando la oportunidad de tener una vida digna que incluya eduación, salud, vivienda y seguridad de millones de personas en el mundo. 

La globalización ha beneficiado mayormente a una élite a nivel global que ha tenido efectos incluso en países que usualmente son tomados como un ejemplo de equidad. Mientras que en los países en vías de desarrollo  la brecha es aún más profunda. Un análisis que incluyó a 43 mil corporaciones trasnacionales identificó que un grupo pequeño de compañías, en su mayoría bancos que tienen un poder desproporcionado sobre la economía. El análisis arrojó que hay un cúmulo de 1318 compañías centrales relacionadas entre ellas que representan el 60% de los ingresos globales. 147 de estas compañías,  es decir aproximadamente un 1%, controlan un 40% de la riqueza de toda red. El problema es que estas entidades tienen una influencia desproporcionada en el sistema económico a nivel mundial y aquello que les conviene no necesariamente es beneficioso para el resto de la humanidad. En otras palabras, en este tipo de sistema el materialismo suele pasar por encima del humanismo. 

Por otro lado está el deterioro ambiental que también va de la mano con el deterioro de calidad de vida tanto de las comunidades que ahí habitan como de la humanidad a nivel global. Aunque esto es más complejo de lo que parece a primera vista, ya que el 31% de los bosques están sufriendo los efectos de la deforestación debido a la tala desmesurada y una de las causas detrás de esto es la desigualdad social. Ya que gran parte de los bosques se encuentran localizados en zonas de extrema pobreza, de tal manera que las comunidades talan estos bosques para subsistir. Una forma de cómo combatir esta dinámica es crear proyectos de economía sustentable que puedan dan una fuente de ingresos a la comunidad sin necesidad de devastar los recursos naturales. Un ejemplo de esto es una iniciativa en la selva maya para crear una cooperativa que en lugar de talar el bosque, logró utilizar los árboles de zapote para crear chicle orgánico y tener una relación más armónica con el entorno. 

De tal manera que crear iniciativas con un enfoque comunitario y sustentable que pueda actuar en armonía con el ambiente es prioritario. Aunque esto implica un cambio en la escala de valores que nos lleve de una visión permeada por materialismo y del individualismo, a una basada en la distribución equitativa de los recursos y la creación de comunidades fuertes y saludables. Por supuesto, esto requiere de la participación de la sociedad para ejercer presión sobre los gobiernos, de tal forma que la erradicación de la pobreza no deje de ser una prioridad. Así como vencer la indiferencia que con frecuencia nos pone en el lugar de observadores pasivos, es importante que sepamos que nuestras acciones importan y cómo podemos incidir en nuestor mundo personal y colectivo.

Con información de Global Issues