Tras 6 años de trabajo, el ingeniero yucateco Jorge Lechuga Andrade ha logrado patentar un sistema de desalinización sustentable de agua de mar. El proceso tomó varios años pues implicó una serie pruebas para comprobar el funcionamiento del sistema, así como el establecimiento de una comparativa con otros sistemas del mundo que cumplen esta función. El proyecto del doctor Lechuga Andrade ha sido calificado como original e innovador, ya que logra reducir el consumo de energía, el impacto ambiental y los costos de producción de los sistemas existentes para remover la sal del agua.
Tras realizar un par de maestrías en ingeniería química y administración y dedicar 28 años a la docencia y 33 al trabajo en la industria privada, el ingeniero Jorge Lechuga recibió el Premio Nacional del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos en 2015 gracias al desarrollo de desalinización del agua por ósmosis inversa centrífuga por generación de vórtices de Dean. El desarrollo de este sistema tuvo su inicio cuando a la edad de 68 años Lechuga Andrade tomó la decisión de estudiar un doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña y el Instituto Politécnico Nacional de Toulouse. En sus palabras:
En el doctorado me enfoqué básicamente en el proceso de desalinización y de mejora del agua, a partir de lo que se hicieron tres innovaciones importantes. La primera tenía como fin abaratar los consumos de energía, que es lo más preocupante en el proceso de salinización; la segunda era disminuir costos de producción; y la tercera era generar la autolimpieza de las membranas, que son la base primordial de la salinización.
El desarrollo de su innovador sistema implicó un viaje a las Islas Canarias para familiarizarse con cómo funcionaban diversas desalinizadoras. La mayoría de las plantas europeas utilizaban la ósmosis inversa convencional, al igual que las plantas de Medio Oriente. Sin embargo, su funcionamiento se basaba en el uso de petróleo, por lo cual el impacto ambiental era significativo. De acuerdo con el ingeniero Lechuga:
Cuando tú partes para hacer una innovación tienes que estudiar muy bien, investigar todo el ambiente del área que estás manejando para buscar el estado del arte y ver cuál es el mejor proceso. Para mí el mejor proceso era el que se hacía en Lanzarote, de HOH Canarias, que consumía 2.6 kilowatts por hora. Entonces el reto era lograr que consumiera menos de 2.6, que se autolimpiara y que no produjera contaminación.
Con información de Conacyt Prensa