El estilo de vida actual implica el uso de una gran cantidad de plásticos desechables, como el unicel, que está presente tanto en utensilios, como en envases y empaques de productos. El problema es que puede tardar cientos o miles años en degradarse, e incluso es probable que nunca llegue a desintegrarse por completo, además de que sus residuos contaminan el suelo, el aire y al agua y afectan a la fauna. 

En México se usan alrededor de 148 mil toneladas anuales de este material, mientras que, en todo el mundo, la producción de plástico alcanzó casi 400 millones de toneladas en 2020 y el unicel o espuma de poliestireno termoplástico duradero representa el 10% de esa cifra. 

Como una noticia esperanzadora que podría ayudar a solucionar parte de este problema, se dio a conocer que un grupo de científicos de la Universidad de Queensland, Australia, encabezados por Christian Rinke, realizó una investigación con las larvas del escarabajo “oscuro” (Zophobas morio), a las que se conoce comúnmente como "supergusanos", debido a su tamaño. 

La peculiaridad de estos gusanos es que pueden comer espuma de poliestireno, comúnmente conocido como unicel, gracias a los microorganismos que se encuentran en su sistema digestivo y les ayudan a digerirlo. 

Para realizar el estudio, cuyos resultados se publicaron en la revista Microbial Genomics, los científicos usaron 171 gusanos, a los que dividieron en tres grupos: al primero lo alimentaron con salvado de trigo, al segundo con bloques de unicel y al tercero no le dieron alimento. 

“Descubrimos que los supergusanos alimentados con una dieta de solo poliestireno no solo sobrevivieron, sino que incluso aumentaron de peso marginalmente. Esto sugiere que los gusanos pueden obtener energía del poliestireno, muy probablemente con la ayuda de sus microbios intestinales”, se explica en los resultados del estudio.

Luego de tres semanas con la alimentación descrita, los gusanos que comieron el plástico aumentaron de peso, crecieron y pasaron a las fases de pupa y luego de escarabajo. Los que comieron salvado completaron la metamorfosis con un 93% de éxito; mientras que los alimentados con espuma de poliestireno completaron su metamorfosis en un 66.7%.

“Concluimos que los supergusanos pudieron ingerir el poliestireno y pasarlo a través de todo su sistema gastrointestinal, donde entró en contacto con el microbioma intestinal”, explican los investigadores en su informe. “Todas las pupas formadas completaron toda la fase de pupación y emergieron como escarabajos adultos”.

Los científicos identificaron una serie de enzimas que produjeron cambios químicos en el sistema digestivo de los gusanos, lo cual les permitió degradar el poliestireno. También observaron abundancia de bacterias que poseen genes asociados con la degradación del poliestireno. 

“Los supergusanos son como pequeñas plantas de reciclaje, que trituran el poliestireno con la boca y luego se lo dan a las bacterias de sus intestinos, que se encargan de degradarlo”, indicó Rinke. "Los productos de descomposición de esta reacción pueden ser utilizados por otros microbios para crear compuestos de alto valor como los bioplásticos".

Sin embargo, la dieta a base de unicel afecta a los supergusanos, ya que degrada su microbioma interior, afecta una parte de su desarrollo y favorece la proliferación de microorganismos patógenos. Entonces, con los resutados y hallazgos obtenidos, los investigadores buscarán la forma de usar los compuestos enzimáticos y las bacterias observadas en la digestión de los gusanos para desarrollar sistemas de degradación para el unicel, sin necesidad de usar a las larvas.