Desde 1974, la Organización de las Naciones unidas (ONU) designó el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente, con el objetivo de promover la importancia de su cuidado y crear conciencia respecto a la forma en que su preservación es benéfica tanto para la vida humana como para el bienestar de los pueblos y el desarrollo económico del mundo entero.

Cada año esta conmemoración se centra en un tema en particular; el de este año es la biodiversidad, que se ha convertido en un motivo de preocupación urgente. Eventos recientes, como los incendios forestales sin precedentes en Brasil, California y Australia, la invasión de langostas en el Cuerno de África y ahora la pandemia de covid-19, demuestran la relación inseparable entre los seres humanos y la naturaleza.

La hora de la naturaleza

Es importante comprender que toda la variedad de alimentos que se consumen, el aire que se respira, el agua para beber y el clima que hace posible toda la vida en el planeta, no existirían sin el equilibrio y el funcionamiento de la naturaleza. 

Por ejemplo, cada año, las plantas marinas producen más de la mitad del oxígeno de la atmósfera, y un árbol es capaz de limpiar el aire al absorber 22 kilos de dióxido de carbono y liberar oxígeno a cambio. A pesar de todos los beneficios que brinda la naturaleza, la humanidad la maltrata, la destruye. 

Por eso surgió esta conmemoración, para crear conciencia de que el ser humano forma parte de la naturaleza, está conectado totalmente a ella, y si es destruida, la humanidad también lo será. Así que es hora de respetar y cuidar de la naturaleza, de detener el daño que cada día se le hace y de ser conscientes de que el humano y todos los seres que la habitan son un todo que debe vivir en equilibrio.

La biodiversidad y su conexión con el ser humano

La biodiversidad es la base que sustenta toda la vida en la Tierra y debajo del agua. Tiene relación con todos los aspectos de la salud humana. Proporciona agua y aire limpios, alimentos nutritivos, conocimiento científico y fuentes de medicamentos, resistencia a enfermedades naturales y mitigación del cambio climático. 

Cambiar o eliminar un elemento en esta intrincada red afecta todo el sistema de vida y puede tener consecuencias negativas. La deforestación, la invasión de hábitats de vida silvestre, la agricultura intensiva y la aceleración del cambio climático han alterado el delicado equilibrio de la naturaleza. 

Tanto así, que actualmente se necesitarían los recursos de 1.6 planetas Tierra para satisfacer la demanda de los humanos cada año. De continuar así, la pérdida de biodiversidad tendrá graves consecuencias para la humanidad, incluido el colapso de los sistemas alimentarios y de salud.

La aparición de la covid-19 ha puesto en evidencia que cuando se destruye la biodiversidad se destruye también el sistema que sustenta la vida humana. En todo el mundo, mil millones de personas son contagiadas cada año y millones de ellas mueren debido a las enfermedades causadas por los coronavirus.

Además, alrededor de un 75% de todas las enfermedades infecciosas emergentes en humanos son zoonóticas, lo que significa que se transmiten de animales a personas, debido a la explotación que se da de un sinnúmero de especies, así como el manejo y trato poco ético de los animales que se emplean para el consumo humano.

Con todo lo que ocurre en el mundo actual, es claro que la naturaleza trata de enviar un mensaje… ahora es el turno de la humanidad de escucharlo, comprenderlo y hacer algo al respecto.