Cuando se trata de entender los mecanismos detrás adicciones la primera dificultad que enfrentamos tiene que ver con una serie de ideas preconcebidas pero erróneas que tenemos al respecto. Es decir, usualmente atribuímos la adicción a las sustancias enervantes per se , de tal manera que asumimos que el consumirlas durante un periodo de tiempo, ocasionará que sintamos una necesidad física y psicológica por ellas. Sin embargo esto es mucho más complejo de lo que parece, pero comencemos por el principio. Durante las décadas de los años 50 y 60 las pruebas científicas detrás de las adicciones estuvieron sustentadas en experimentos con ratas.
Básicamente se les colocaban mecanismos de auto administración de droga psicoactivas a los roedores y después se les confinaba en solitario en jaulas, luego se les enseñaba a operar el mecanismo de administración. Los investigadores observaron a las ratas consumir las drogas, hasta que su hábito era tan fuerte que a veces preferían los estupefacientes al agua. De tal manera que morían. Lógicamente estos resultados alarmaron a los investigadores y surgió en ellos el temor de que si las personas tenían un acceso libre a las sustancias, al igual que las ratas sucumbirían a la adicción. Es decir, en otras palabras, el acceso libre o legal a los psicoactivos resultarían en adicción masiva y una subsecuente crisis social. De tal manera que la lógica prohibicionista detrás de las drogas se sustentó en este razonamiento.
Sin embargo, esta lógica resultaba insuficiente para explicar porqué las personas que debido a una lesión o enfermedad eran sujetas a tratamientos con diamorfina, una substancia médica aún más fuerte que la heroína, podían una vez recuperados, dejar el hospital sin una adicción a esta sustancia. Pero la mayoría de este tipo de personas no se vuelven adictas, de tal manera hubo experimentos posteriores para explicar este fenómeno. El experimento era sencillo, consistía en poner una rata en una jaula con dos botellas de agua, una con el líquido puro y la otra con una combinación de agua con heroína o cocaína. Las ratas probaban ambas botellas y luego insistían en la que tenía alguna droga hasta que morían. Sin embargo el Dr. Bruce Alexander, notó que había algo que no encajaba en este experimento. Ya que las ratas estaban solas en la jaula sin nada que hacer más que consumir drogas y se preguntó qué pasaría si construía un parque para ratas. En el que tuvieran todo lo que pudieran desear, espacio, amigos, juegos, parejas y las dos botellas de agua, tanto pura como con sustancias psicoactivas.
El resultado fue sorprendente, estando en este medio las ratas apenas tocaban el agua con drogas, ciertamente no se obsesionaban con ellas y preferían estar realizando otras actividades, de tal manera que ninguna murió por sobredosis. El equivalente humano a este experimento fue el uso de heroína de parte de las tropas estadounidenses durante la guerra de Vietnam. El cual causó preocupación por la cantidad de potenciales adictos que llegarían al país después de la guerra y su impacto social. Pero sorprendentemente el 95% de los combatientes dejaban de usar heroína al volver a su hogar y no requerían de programas de rehabilitación para dejarlo. Simplemente se detenían, esto parecía no tener sentido a menos que se aceptaran las explicaciones del Dr. Alexander.
Ya que él sostenía que cuando las personas (o las ratas) eran puestas en un ambiente hostil, las drogas resultaban una forma de evasión. Pero cuando había muchos otros estímulos que les daban una vida completa y armoniosa, entonces las drogas parecían innecesarias. Indicando la necesidad de pensar en las adicciones desde un punto de vista diferente, es decir, no como fruto de la exposición a las sustancias sino de la desconexión social. De tal manera que cuando estamos felices y nos conectamos con otros no necesitamos de una sustancia para fugarnos de la realidad, pero si hemos pasado por un trauma y nos sentimos aislados o deprimidos entonces las adicciones parecen ofrecer alivio. Así que la mejor forma de prevenir las adicciones es creando un ambiente que propicie su desarrollo y fomentar el desarrollo de comunidades con lazos fuertes.
Con información de Kurgesagt in a Nutshell