Siempre se ha dicho: el amor de las mascotas es incondicional, es grande y sincero porque tienen un corazón en el que no caben el rencor, el enojo ni los celos, pero sí mucho amor. Sin embargo, su corazón, es decir, el órgano, sí puede enfermarse. Al igual que los humanos, los perros también son propensos a sufrir enfermedades cardiacas; por ello, los especialistas veterinarios buscan generar conciencia para cuidar el corazón de las mascotas.
Sandra Cortés Robles, directora de Animales de Compañía de Boehringer Ingelheim Animal Health México, señala que es muy importante brindar tanto a médicos veterinarios como a los propietarios información y herramientas necesarias para que conozcan todo sobre las enfermedades cardiacas más comunes en los perros.
De acuerdo con Felipe Bedoya, médico veterinario y gerente técnico de Boehringer Ingelheim Animal Health México, una de las enfermedades más comunes en el corazón de los caninos es la insuficiencia cardiaca congestiva (ICC) que pone en juego su calidad de vida. Además, si bien tiene una mayor incidencia en perros mayores de 7 años de edad, existen otros factores como la genética, falta de ejercicio, razas y tallas predispuestas, que pueden ser causantes de que se presente dicho padecimiento.
"La ICC provoca que el corazón sea incapaz de bombear la sangre necesaria a todo su cuerpo en un ritmo óptimo y, por ende, detona que se presenten diferentes problemas como dificultad para respirar, cansancio, arritmias, desmayos, tos frecuente, soplos cardiacos y hasta la muerte", comparte Bedoya.
El especialista resalta que es un padecimiento que, si se detecta a tiempo, ayuda a que los compañeros peludos puedan vivir mejor, por lo que es importante mantenerse atento a los signos y dirigirse inmediatamente al médico veterinario en caso de observar la presencia de una o varias señales.
Además es importante conocer todas aquellas enfermedades que están directamente relacionadas con la ICC en perros, por lo que es fundamental la revisón de un veterinario, ya que es quien se encargará de diagnosticar cuál patología es la causante. Los más comunes son la cardiomiopatía dilatada (CMD) y la enfermedad de la válvula de mitral (EVM).
Cabe señalar que tanto la CMD como la EVM no suelen mostrar síntomas al principio y son lentamente progresivas, por lo que las visitas rutinarias a la clínica veterinaria, por lo menos una vez al año, juegan un papel fundamental para la prevención y cuidados del perro antes de que se encuentren en etapas críticas.
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