En la última década los animales de compañía se han integrado (aún más) de una forma diferente a los hogares, y ahora forman parte innegable de la familia. Pero para que esta relación evolucionara, desafortunadamente, muchas mascotas sufrieron maltrato y sus dueños ni siquiera lo consideraban así.
Un estudio realizado por biólogos moleculares en Portugal encontró que los perros que son sometidos a un entrenamiento basado en la aversión (collares de choque, gritos) están peor en términos de salud que los perros que aprenden mediante el entrenamiento basado en recompensas.
En el estudio se comparó a 42 perros de escuelas de entrenamiento basadas en recompensas y 50 perros de escuelas de entrenamiento basadas en aversión y se revisaron sus niveles de cortisol (la hormona del estrés que controla el estado de ánimo, la motivación y el miedo) para ver cómo cada técnica de entrenamiento los había afectado. Al analizar la saliva de los perros, junto con grabaciones en video de su comportamiento durante las sesiones de entrenamiento, los investigadores pudieron medir los niveles de estrés de los cachorros.
Los perros que estaban tensos se lamían los labios o bostezaban, signos que observaron repetidamente. Aquellos de las clases de entrenamiento basadas en aversión tuvieron niveles más altos de cortisol que el grupo de cachorros de las clases basadas en recompensas.
Este estudio es especialmente importante ya que históricamente el uso del entrenamiento basado en la aversión se ha visto como negativo, pero no había habido ninguna base científica que respaldara esto. Sin embargo, según el estudio, "estos hallazgos indican que el uso de métodos basados en aversiones compromete el bienestar de los perros de compañía a corto y largo plazo".
Si necesitas más incentivos para tratar a tu peludo con amor y afecto (incluso cuando hace travesuras), piensa en este estudio. Al igual que con las personas, enseñar con amabilidad es a menudo una mejor manera que ser agresivo.
Con información de Cosmopolitan